ROMA, 20 noviembre 2001 (ZENIT.org).- Una respuesta «fuerte y pacífica» a la lógica de la guerra santa y solidaridad con todas las víctimas de la violencia. Este es el sentido, según Andrea Riccardi, del encuentro de líderes religiosos convocado por el Papa en Asís.
Riccardi, fundador de la Comunidad de San Egidio, ha continuado durante estos últimos quince años con el «espíritu se Asís», organizando el encuentro «Hombres y religiones» que ha continuado la obra que comenzó en 1986 en la primera cumbre de oración de representantes religiosos por la paz.
Aquella célebre cita, en la ciudad de san Francisco, indica Riccardi, «no es un monumento inmóvil sino que su espíritu ha caminado en la historia y ha representado una segunda época de diálogo después del Concilio».
En declaraciones concedidas este martes al diario Avvenire, Riccardi busca las semejanzas y las diferencias entre los dos encuentros.
«Entonces estaba la guerra fría. Sustancialmente se pensaba que las religiones fueran aspectos residuales. Que no rescaldaban las mentes y los corazones de los pueblos. El Papa en aquel momento empuñó la bandera de la paz». Y ligó ese estandarte «a la aspiración fundamental de las religiones, diciendo que existía un nexo intrínseco entre una postura auténticamente religiosa y el bien de la paz».
Desde aquel momento, constata «en un cierto sentido, la Iglesia católica ha ejercido un fuerte liderazgo en el movimiento religioso por la paz».
Pero el próximo evento se desarrollará en un contexto muy diferente. «Asistimos a un papel público de las religiones. Hoy todos reconocen que rescaldan los corazones y las mentes. Y alguna vez son utilizadas para la guerra. Lo hemos visto en los Balcanes y lo vemos ahora en el llamamiento de Osama Ben Laden», constata con amargura Riccardi.
«Recuerdo –concluye Riccardi, quien es catedrático de historia– que también en el 1986 muchos se preguntaban: «¿para qué sirve? Hoy el encuentro es conocido en los ambientes históricos como uno de las imágenes más importantes de la historia religiosa del siglo XX».