ISLAMABAD, 29 noviembre 2001 (ZENIT.org–Fides).- Con el control por parte de la Alianza del Norte de la mayor parte del país han vuelto a llegar las ayudas humanitarias a Afganistán.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), regresado a Kabul el 17 de noviembre, y la Caritas Internationalis ha comenzado ya a atender a los desplazados del interior de la nación ofreciendo ayudas de emergencia y programas a medio y largo plazo.
El 25 de noviembre, informa ACNUR, llegó a Kabul el primer convoy humanitario proveniente de Peshawar con ayuda humanitaria: tiendas de campaña, mantas, telones de plástico, etc. para 10.000 personas. Otras ayudas fueron distribuidas para afrontar el invierno (carbón, estufas, mantas, vestiario).
Al mismo tiempo, con ayuda de Organizaciones no gubernamentales (ONGs), el ACNUR piensa que podrá asistir a otros 10.000 desplazados que se encuentran en las provincias que rodean a la capital y que probablemente no regresarán a sus hogares antes que termine el invierno.
En el área de Kabul está trabjando también Catholic Relief Services (CRS) (Cáritas de Estados Unidos), que ha distribuído también 20.000 mantas y ofrecerá víveres a 4.000 familias cada tres meses.
Para la distribución de las ayudas la CRS colabora con la ONG local Coordination on Afghan Relief (CoAR). La presencia local garantiza que los víveres lleguen verdaderamente a las familias necesitadas.
Otro proyecto de Caritas prevé la asistencia a 10.000 familias de Herat y Saryab, en una zona fronteriza con Irán. Apenas lo consientan las condiciones de seguridad, la CRS se propone intervenir también en la ciudad de Kandahar, que en estos momentos sigue en manos de los talibán.
En la zona fronteriza con Irán ha comenzado a trabajar Cord Aid (Caritas-Países Bajos) que, a través de la obra de la ONG afgana Vara, ha ayudado a 400 familias de los campos de «Makaki» y «Mile 46». Cada familia ha recibido 50 kilos de harina, aceite, azúcar, té. A los campos siguen llegando refugiados de Kandahar y de todo el sur de Afganistán.