BALTIMORE, 25 abril 2002 (ZENIT.org).- Un convoy humanitario de suministros de ayuda de emergencia tenía previsto llegar hoy a la ciudad devastada de Jenin, donde un numero no calculado de personas murieron en los combates provocados por la ofensiva militar israelí a Cisjordania.
El convoy, que ha sido enviado por Catholic Relief Services (CRS), la organización humanitaria de la Iglesia católica de Estados Unidos, Caritas Jerusalén, la Misión Pontificia para Palestina, y otras tres organizaciones humanitarias cristianas, entregará 1.500 paquetes de comida, además de artículos médicos y mantas a la ciudad, en la que enteros bloques de edificios yacen en ruinas y las creciente necesidades de alimentos, agua y medicinas siguen sin ser cubiertas.
«Mientras que el convoy es el primer paso para proporcionar ayuda humanitaria a los afectados por el conflicto, la gente de Jenin sigue sufriendo –dijo Don Rogers, representante en Jerusalén del CRS–. Los sistemas sanitarios y de salud básica de la ciudad han sido en gran parte destruidos, y la larga reconstrucción sólo puede empezar después de que se cubran las necesidades básicas».
El convoy de Jenin es el cuarto de una serie de seis convoyes que llevarán ayuda a un total de 6.100 familias (unas 36.000 personas), en los distritos de Cirjordania afectados por la crisis de los territorios ocupados, donde los suministros de alimentos y medicinas han sido impedidos a las tiendas locales.
El esfuerzo conjunto de las seis agencias humanitarias está siendo coordinado por el representante en el país del CRS, Cáritas estadounidense.
«Trabajando junto a las otras cinco agencias que participan en este convoy, esperamos no sólo proporcionar asistencia material a la gente de Jenin sino también mostrar solidaridad con la gente que sufre directamente la actual violencia –dijo Rogers–. Esperamos que nuestra coalición desempeñe un papel importante a favor de la salud, reconciliación y, en último lugar, de la paz y la justicia en toda la región».
Anteriormente, los convoyes de la coalición humanitaria llegaron a Belén, Tulkarem y Nablus, con ulteriores distribuciones previstas para Qalqilya y Ramala. La distribución se hace según criterios basados en las necesidades reales y no en la raza, credo o nacionalidad.