El Papa nunca creyó en la «pista búlgara»

Encuentro del Santo Padre con el presidente Parvanov

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SOFIA, 24 mayo 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II dejó claro este viernes al presidente de la República de Bulgaria que nunca ha creído en la así llamada «pista búlgara» que atribuye la organización del atentado contra el pontífice a los servicios secretos de ese país.

Tras el encuentro del pontífice con el joven presidente socialista, Georgi Parvanov, celebrado en el palacio presidencial, en Sofía, el portavoz de la Santa Sede declaró: «el Papa dijo al presidente que nunca ha creído en la así llamada «pista búlgara» que acusaba a un pueblo al que ama y admira profundamente».

Los hechos tuvieron lugar el 13 de mayo de 1981 en la plaza de San Pedro del Vaticano, cuando el turco Alí Agca disparó contra el obispo de Roma.

Estas palabras se suceden a las manifestadas ayer nada más llegar a Sofía: «en ninguna circunstancia he dejado de amar al pueblo búlgaro y mi presencia aquí es la manifestación más elocuente de los sentimientos de estima y afecto que nutro por esta noble nación».

Las palabras del pontífice recibieron una calurosa acogida por parte de los búlgaros, que cargaban con este peso sobre la conciencia nacional.

La «pista búlgara» surgió cuando en septiembre de 1981 Agca dijo a los investigadores italianos (el atentado fue encomendado a la justicia italiana) que había sido reclutado por los servicios secretos de Sofía, a cuenta del KGB.

La Justicia italiana detuvo a los búlgaros Sergei Antonov, ex jefe de las líneas aéreas búlgara «Balkan Air» en Italia y a dos funcionarios de la embajada búlgara en Roma, Teodor Ayvazoz y Jelio Vasilev.

Recientemente, el que fuera primer presidente democrático de Bulgaria, Jelio Jelev, contó que en 1995 cuando fue recibido por el Santo Padre en Roma le preguntó si creía en la «pista búlgara» y que Juan Pablo II le respondió que las culpas siempre son personales y que a un pueblo entero no se le puede culpar de las mismas.

Tras un centenar de audiencias, el proceso concluyó con la absolución de los imputados, debido sobre todo a las continúas contradicciones de Alí Agca, quien después se retractó, afirmando que la pista búlgara fue un invento suyo. Años más tarde, en 1997, volvió a relanzarla.

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ZENIT Staff

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