CIUDAD DEL VATICANO, 2 junio 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II afirmó este domingo que a inicios del tercer milenio el redescubrimiento del significado del domingo y de la Eucaristía constituye un compromiso prioritario de la Iglesia.
El pontífice pronunció estas palabras en el día en que muchos países celebraban el «Corpus Christi», fiesta que litúrgicamente tuvo lugar el jueves anterior, en la que las comunidades católicas organizan procesiones por las calles y plazas de pueblos y ciudades con el sacramento.
Hablando desde la ventana de su biblioteca ante varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano para rezar el «Angelus», explicó que «la Eucaristía es el centro motor de la comunidad» y su «tesoro más precioso»: «Cristo realmente presente bajo las especies del pan y del vino consagrados».
Por este motivo, señaló, al inicio del nuevo milenio «he vuelto a proponer como nuevo compromiso pastoral prioritario la revaloración del domingo y, en él, de la celebración eucarística» (Cf.
Carta apostólica «Novo millennio ineunte», n.36).
«Desde los inicios, desde la primitiva comunidad de Jerusalén, los cristianos se reunían en el día del Señor para renovar en la santa misa el memorial de la muerte y resurrección de Cristo –recordó el Papa–. El «domingo» es el día del descanso y de la alabanza, pero sin la Eucaristía se pierde su verdadero significado», añadió.
«Para explorar la fascinante profundidad de esta presencia de Cristo bajo los «signos» del pan y del vino es necesaria la fe, o más bien, es necesaria la fe vivificada por el amor», reconoció el obispo de Roma que quiere escribir una encíclica sobre la Eucaristía.
«Sólo quien cree y ama puede comprender algo de este inefable misterio, gracias al cual Dios se acerca a nuestra pequeñez, busca nuestra enfermedad, se revela por lo que es, infinito huésped que salva», añadió.
Antes de despedirse de los peregrinos, el pontífice, que tenía la voz cansada pero ganas de permanecer con los fieles, saludó a grupos de Ucrania, España e Italia y les recordó que el mes de junio está tradicionalmente dedicado al sagrado Corazón de Jesús.
«Que cada uno pueda sacar de este manantial inagotable de gracia constante ayuda para avanzar en el amor y en el generoso servicio al prójimo», concluyó.