NUEVA YORK, 5 junio 2002 (ZENIT.org).- Los escándalos sobre los sacerdotes han desatado una avalancha de críticas que distorsionan «trágicamente» la opinión de la Iglesia católica, afirma un arzobispo norteamericano.
En un artículo aparecido este martes en el Wall Street Journal, el arzobispo de St. Paul-Minneapolis, Harry J. Flynn, y presidente del Comité ‘ad hoc’ del episcopado norteamericano sobre Abusos Sexuales, reconocía que la presencia de personas que abusan sexualmente en muchas profesiones «no excusa el abuso por parte de un sacerdote».
Sin dejar de prestar atención a las fuertes protestas de los medios de comunicación contra la Iglesia, escribe: «Es sorprendente que al compromiso fiel de más de 45.000 sacerdotes que trabajan en el país se le haya dedicado mera palabrería –tal vez incluso se ha ridiculizado– mientras los medios de comunicación emprenden una furiosa persecución contra esos pocos que quebrantaron su confianza».
El arzobispo Flynn se opone a las quejas según las cuales la jerarquía de la Iglesia se ha preocupado más de los «predadores que de sus víctimas».
«No hay duda de que parte de los reproches son merecidos», escribe. «Pero instamos a nuestros críticos a que tomen nota de lo que podemos hacer y haremos en esta adversidad y no sólo de lo que no logramos realizar en el pasado».
El arzobispo prosigue que tres aspectos fundamentales están condicionado su respuesta: «Debemos mantener una actitud lo más abierta posible ante este problema que acrecienta la oscuridad; dejemos que la apertura ayude a erradicarlo. Siempre debemos actuar con rapidez; los niños y los jóvenes son demasiado vulnerables como para dejarlos en peligro. Por último, debemos trabajar en abierta colaboración con las autoridades legales».
La próxima semana, en su asamblea en Texas, se espera que la Conferencia Episcopal de Estados Unidos presente las propuestas destinadas a evitar los casos de abusos en el futuro.
