GUADALAJARA (México), 6 junio 2002 (ZENIT.org).- En medio de la repercusión que han dado los medios de comunicación al escándalo de los abusos sexuales de menores por sacerdotes, el cardenal Juan Sandoval Iñíguez, arzobispo de Guadalajara, ha dado a conocer su postura ante este tema.
En un pronunciamiento difundido por la Conferencia del Episcopado de México, el purpurado expresa que «no se puede negar que se dan casos, muy lamentables por cierto» pero pide no olvidar que son totalmente minoritarios y que «la mayoría de los ministros del Señor son fieles y ejercen ejemplarmente su ministerio» .
Después de calificarlo como «crimen sumamente grave», afirma que este tipo de suceso «debe ser denunciado y castigado severamente por las leyes humanas, que alcanzan también a los sacerdotes como ciudadanos que son, pero también es un pecado grave».
Y añade: «Cuando el abuso contra los menores es cometido por un sacerdote, reviste una gravedad todavía mayor, ya que el sacerdote, por oficio, es ministro de santificación, es predicador de la moral evangélica, guardián de las buenas costumbres y ejemplo del Pueblo de Dios con su vida».
El cardenal Sandoval explica que «desde siempre se ha prohibido que ingresen al sacerdocio personas con tendencias homosexuales; en los seminarios se vigila cuidadosamente la selección de los candidatos al sacerdocio, pero a veces la simulación y el ocultamiento de los aspirantes o la negligencia de los formadores, pueden dar como resultado que se admita a la Ordenación Sacerdotal a quienes no son dignos».
«El estado sacerdotal no es un «paraíso» para los pedófilos –confirma el prelado–. Se sanciona y se castiga esta falta, y de aquí en adelante habrá mas severidad, ya que la Santa Sede ha dispuesto que todo caso de pedofilia cometido por los ministros de la Iglesia, sea comunicado inmediatamente a la Congregación para la Doctrina de la Fe».
«Si alguna vez algún obispo ha sido negligente, esto se remediará de ahora en adelante», aclara.
«¡Creo en la Iglesia Santa!» afirma el purpurado, a la vez que confía en que este tiempo de agitación permitido por Dios purifique la Iglesia, «la cual, con la fuerza del Espíritu Santo, podrá superar el misterio del mal que prevalece en el mundo y siembra insidias en todos los hijos de Dios,
incluidos los ministros».
El texto íntegro del comunicado del cardenal Juan Sandoval Íñiguez, arzobispo de Guadalajara (México) se puede encontrar en la página de la Conferencia del Episcopado de ese país: HREF=»').insertAfter("div.entry-content").css({'display': 'block', 'width' : 'auto', 'height' : 'auto', 'margin-bottom' : '18px' , 'text-align' : 'center' }); /* Multiple style */