ROMA, 7 junio 2002 (ZENIT.org).- El representante del Papa en Tierra Santa ha pedido que israelíes y palestinos hagan un examen de conciencia que conduzca al cese del círculo de terrorismo y represalia que ensangrienta la región.
«Condeno con toda el alma los actos de los terroristas suicidas, pero debo decir que son la expresión de un pueblo al que se ha dejado sin puertas y sin ventanas. Son signos de la desesperación de una juventud que no ve futuro», afirma el arzobispo Pietro Sambi, nuncio apostólico en Israel.
Las palabras del prelado –también delegado apostólico para Jerusalén y Palestina–, tienen lugar después del sangriento atentado palestino del miércoles, 5 de junio: un coche suicida estalló contra un autobús provocando la muerte a 17 israelíes.
Las declaraciones del nuncio han sido publicadas por el Servicio de Información Religiosa (SIR) de la Conferencia Episcopal Italiana.
«Hasta que Israel no se retire de los territorios ocupados y no consienta la constitución de un estado palestino, la paz en Tierra Santa no será posible –afirmó el nuncio–. Por otra parte, es innegable el derecho de Israel a existir dentro de fronteras seguras y reconocidas».
«En cambio, en este momento, por una parte y por otra sólo se ejecutan represalias. Esta es una vía que no crea futuro. Creo en el amor, en el respeto y en la ayuda a estos dos pueblos. Hay equivocaciones y razones por una y otra parte, pero ninguno quiere hacer un examen de conciencia», reconoció.
«Cuando pienso en la paz me viene a la mente la vida de las personas, no algo abstracto –añadió monseñor Sambi–. Para forjar un futuro diferente hace falta el respeto de la vida entendida como algo sacro y el respeto de los acuerdos logrados. Esperamos poder alcanzar la paz sin tener que esperar montañas de muertos».
El arzobispo habla también de la situación de los cristianos: «Las Iglesias presentes en Israel representan sólo el 2% de la población».
«Es evidente –explicó– que sólo la solidaridad de quien actúa en el mundo occidental puede dar importancia al trabajo que los cristianos pueden realizar en aquellos territorios. Hoy muchos llaman a la puerta de la Iglesia católica. Se trata sobre todo de judíos que vienen de Rusia. Es una oportunidad pastoral que no debemos perder. Podrían representar mañana los católicos de expresión judía».
Con el Islam el diálogo es posible pero muy difícil, reconoce por otro lado. «Pero es un diálogo que hay que llevar adelante de todas maneras».
«Y en todo caso hay que tener presente que el diálogo interreligioso es una cuestión diferente de las relaciones entre los estados a nivel político», concluye.
