CIUDAD DEL VATICANO, 19 junio 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II condenó con palabras durísimas el atentado suicida de este martes que provocó 19 muertos y 50 heridos en Israel.
«La dramática noticia del atentado que ayer sembró terror y muerte en Jerusalén sólo puede suscitar la más absoluta reprobación por parte de todos», afirmó el pontífice. Los heridos y fallecidos eran en buena parte estudiantes que iban a las escuela en autobús.
Este miércoles tuvo lugar otro atentado en Jerusalén en el que seis personas murieron, cuando otro palestino suicida hizo explotar una bomba que llevaba entre un grupo de gente que esperaba el autobús en Jerusalén.
Al final la audiencia, en la sala de audiencias generales del Vaticano, el pontífice añadió: «Por enésima vez vuelvo a decir a quien trama y planifica tales acciones bárbaras que tendrá que responder ante Dios».
«Mientras expreso mi más sentida solidaridad humana y espiritual a las familias en luto –dijo por último ante varios miles de peregrinos–, así como a los heridos, os invito a todos a rezar juntos conmigo al Señor para que cambie los corazones endurecidos e inspire sentimientos de paz y perdón recíproco entre quienes viven en esa región que tanto queremos».