CIUDAD DEL VATICANO, 5 julio 2002 (ZENIT.org).- La generosidad de católicos de todo el mundo permitirá que Juan Pablo II pueda seguir ayudando a las poblaciones golpeadas por la pobreza extrema, así como a comunidades eclesiales más necesitadas.
Un comunicado del Consejo de Cardenales para el Estudio de los Problemas Organizativos y Económicos de la Santa Sede, publicado este viernes, reveló que el Óbolo de San Pedro, fondo destinado a las obras de solidaridad evangélica del Papa, recibió en el año 2001 51.913.309 dólares.
La cifra es inferior a la del año anterior en un 18%. En el año del Jubileo del año 2000 se recogieron 63.6 millones de dólares.
Este dinero, como explica el comunicado, ha sido destinado por el pontífice «en particular a las comunidades eclesiales por finalidades pastorales y para aliviar condiciones de extrema pobreza y abandono, como por ejemplo en el caso de carestías y catástrofes naturales».
«A pesar de la difícil situación internacional –concluye el comunicado– no ha desfallecido la generosidad de tantas personas que han querido compartir la solidaridad humana y cristiana del Santo Padre, saliendo al paso de los sufrimientos de los más desfavorecidos».