Barrios colombianos confeccionan los crucifijos de los jóvenes

Será el símbolo conclusivo de las Jornadas Mundiales de la Juventud

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TORONTO, 18 julio 2002 (ZENIT.org).- Los cientos de miles de jóvenes peregrinos que participarán en las Jornadas Mundiales de la Juventud se pondrán al pecho una cruz de madera en la misa conclusiva del 28 de julio, cuando Juan Pablo II les envíe como misioneros del tercer milenio.

Simbólicamente el pontífice pondrá en el pecho de doce jóvenes esa cruz. Tres de ellos proceden de Colombia y a ellos se debe que este gesto pueda tener lugar en Toronto.

Estas cruces, de cinco centímetros, han sido realizadas por muchachos del barrio de Blanquizal, una de las áreas más pobres de Medellín –entre las ciudades más peligrosas del mundo–, y en un barrio pobre de Bogotá, Barrio Egipto.

Estos muchachos trabajan en los talleres creados por los Padres Basilianos en esos barrios marginales gracias a la ayuda ofrecida por la Organización Canadiense Católica para el Desarrollo y la Paz.

En la realización de las 450.000 cruces han trabajado adolescentes y jóvenes de hasta 20 años de 40 familias. El dinero que han ganado se utilizará para su educación escolar, y ha permitido que aporten entre 10 y 30 dólares a la semana a sus familias.

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ZENIT Staff

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