TORONTO, 22 julio 2002 (ZENIT.org).- Toronto, con sus dos millones y medio de habitantes, la ciudad más multicultural del mundo (unos 200 grupos étnicos que hablan unos 100 idiomas y dialectos), asiste sorprendida a la invasión de jóvenes con la mochila a la espalda y visera.
En este lunes, después de haber pasado algunos días con las comunidades cristianas de las 72 diócesis esparcidas por el territorio canadiense y algunas de Estados Unidos, decenas de miles de jóvenes han llegado a la meta esperada.
Al llegar a Toronto, la gran mayoría en grupos, los chicos y chicas se dirigen a los centros de acogida de inscripciones situados en el Exhibition Place, donde se encuentran los pabellones en los que se celebrarán gran parte de los acontecimientos (catequesis, festivales juveniles, y otros encuentros).
Allí reciben su «mochila del peregrino», realizada por las manos de encarcelados canadienses que han querido participar de este modo en el evento, en la que encuentran ayudas decisivas para aprovechar estos días con mayor tranquilidad.
En el ambiente se experimenta la emoción que prepara los grandes momentos.
En los pabellones del Exhibition Place, se podía ver a periodistas cumpliendo con diligencia el procedimiento de acreditación ante estudios fotográficos colocados en el lugar, dando la sensación de encontrarse en estudios cinematográficos.
Han llegado también misioneros, religiosas, representantes de comunidades católicas, que en un pabellón vocacional especial están terminando de instalar sus stands. Distribuyen folletos, regalos, caramelos… y consejos «vocacionales».
La gran mayoría de los doscientos mil jóvenes que ya se han inscrito duermen acogidos por familias, parroquias, o escuelas, en muchas ocasiones en saco de dormir.
«No tenemos que dejarnos llevar por el ansia de los números», explica el padre Thomas Rosica, director del Comité organizador de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) de Toronto.
«Habrá 200.000, 300.000 jóvenes –añade–. Lo importante es que todos los jóvenes que lleguen hagan la experiencia del encuentro con Jesucristo, de manera que estas jornadas puedan convertirse verdaderamente en ese laboratorio de fe, invocado por el Papa en las JMJ de 2000, en Roma».
Las JMJ empezarán oficialmente la tarde de este martes con la celebración eucarística presidida en el Exhibition Place por el cardenal Aloysius Ambrozic, arzobispo de Toronto. El purpurado dará la bienvenida a los jóvenes canadienses y de los 173 países presentes. Luego tendrá lugar el concierto de bienvenida.
Juan Pablo II debería aterrizar en Toronto a las 13:00 de este martes. Tras una sencilla ceremonia de bienvenida, se trasladará directamente a la Isla de Strawberry situada en el Lago Simcoe, a unos 150 kilómetros al norte de Toronto, donde descansará algo más de tres días. Los jóvenes le darán la bienvenida en el «Exhibition Place» el próximo jueves.
Entre el miércoles y el viernes, los jóvenes participarán por las mañanas en las catequesis que se impartirán en más de 100 iglesias y salas de Toronto (los denominados «centros cívicos»), divididos por países de procedencia e idiomas, dirigidas por obispos de todo el mundo.
Durante la tarde de esos tres días, los jóvenes podrán visitar el «Coronation Park», un parque situado a orillas del Ontario, que para esta ocasión ha sido bautizado con el nombre de «Duc in Altum Park». Allí se instalarán confesionarios, donde habrá sacerdotes que confesarán en distintos idiomas. Una zona del parque quedará reservada a la adoración eucarística.
En el «Exhibition Place», las tardes del miércoles y viernes habrá un «Festival de la Juventud», que incluirá experiencias artísticas, culturales y espirituales basadas en la vida y en la fe de los jóvenes de todo el mundo. Por primera vez se podrá participar en algunos proyectos de asistencia social.
En la tarde del viernes se celebrará el Viacrucis en varias zonas de Toronto. La procesión principal saldrá del Ayuntamiento a las 19,30 horas y atravesará el centro de la ciudad a lo largo de la «University Avenue».
Las JMJ culminarán con el encuentro con el Papa entre la vigilia del sábado y la mañana del domingo en el «Downsview Park», hasta donde llegarán los muchachos caminando entre seis o diez kilómetros, dependiendo del recorrido.