BOGOTÁ, 26 julio 2002 (ZENIT.org).- El Cardenal Darío Castrillón Hoyos, prefecto de la Congregación para el Clero, no puede mediar en liberación de secuestrados en Colombia, según él mismo ha explicado, pues se lo impide el estatuto propio de su misión en la Santa Sede.
El purpurado ha llegado a Bucaramanga, arquidiócesis colombiana de la que fue pastor, para conmemorar los cincuenta años de su ordenación sacerdotal y en esa localidad ha negado que esté mediando para la liberación de rehenes de la guerrilla.
El purpurado confió de todos modos en que el presidente electo de Colombia, Alvaro Uribe, quien tomará posesión el próximo 7 de agosto, logre la paz nacional.
Además, Castrillón destacó los esfuerzos del mandatario saliente, Andrés Pastrana, cuyo Gobierno celebró negociaciones con las guerrillas de Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y tuvo contactos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El cardenal recordó que durante su labor episcopal habló con insurgentes que
«en su mayoría eran católicos y siempre les dije que eran mis hijos, como ahora les digo mis hermanos».
«Yo les digo que recapaciten y no hagan locuras momentáneas que solamente pueden producir mayores dolores al país», manifestó el prelado en declaraciones publicadas por «El tiempo».