Vida cristiana, «vivir de manera extraordinaria lo ordinario»; según el Papa

Reza con buen humor el «Angelus» junto a los peregrinos en Castel Gandolfo

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CASTEL GANDOLFO, 1 septiembre 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II explicó este domingo que la vida cristiana consiste en «vivir de manera extraordinaria lo ordinario» al encontrarse con varios miles de fieles en la residencia pontificia de Castel Gandolfo.

«La santidad se logra siguiendo a Jesús, sin evadirse de la realidad y sus pruebas, sino afrontándolas con la luz y la fuerza de su Espíritu», aclaró antes de rezar como de costumbre la oración mariana del «Angelus» a mediodía.

El Papa comenzó constatando que «en muchos países, el mes de septiembre marca la reanudación de las actividades laborales y escolares». «Ahora es el momento de compartir las experiencias hechas en familia, con los amigos, con las comunidades y asociaciones –añadió–, llevando a la vida de todos los días entusiasmo, serenidad y alegría».

«Esta es la manera de ser «sal y luz» de la tierra, como recordaba a los jóvenes reunidos en Toronto para la Jornada Mundial de la Juventud», afirmó el sucesor de Pedro en referencia al encuentro que tuvo lugar entre el 23 y el 28 de julio pasado.

«Desde el punto de vista psicológico –reconoció–, el regreso a la vida ordinaria no siempre es fácil, es más, a veces puede ocasionar dificultades de readaptación a los compromisos cotidianos. Sin embargo, en la vida ordinaria Dios nos llama a alcanzar esa madurez de la vida espiritual que permite vivir precisamente de manera extraordinaria lo ordinario».

Así se entienden las palabras de Jesús recogidas por la liturgia de ese domingo –siguió explicando– en la que invita al creyente «a cargar todos los días con su cruz y a seguirle» (Cf. Mateo 16, 24), «imitándole hasta la entrega total de sí mismo a Dios y a los hermanos», subrayó el obispo de Roma.

De este modo, concluyó, la vida del cristiano se puede convertir en «un humilde y gozoso canto de alabanza a Dios, para cuyos ojos un acto de amor vale más que grandiosas empresas».

Al saludar a los peregrinos en siete idiomas (francés, inglés, alemán, castellano, portugués, italiano y polaco), Juan Pablo II parecía estar de buen humor y de hecho se sumó a una canción que entonaron los peregrinos portugueses. Al hablar en polaco, dejó espacio a confidencias de sus años en Polonia durante la segunda guerra mundial.

Juan Pablo II permanecerá en la residencia de los Papas de Castel Gandolfo, situada a unos 30 kilómetros al sur de Roma, desempeñando sus actividades ordinarias hasta finales del mes de septiembre.

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ZENIT Staff

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