MILÁN, 18 septiembre 2002 (ZENIT.org-Avvenire).- Gregorio III Laham, patriarca de Antioquía de los greco-melquitas, ha enviado una carta a Sadam Huseín y a todos los jefes de Estado de los países árabes en la que invoca su responsabilidad por el bien supremo de la paz.

La noticia la dio el mismo patriarca católico, cuyos fieles son en su gran mayoría árabes, en un encuentro con la prensa celebrado este martes en la ciudad de Lodi, a 30 kilómetros de Milán, donde ha sido acogido por la comunidad católica por unos días.

El patriarca, que antes fue vicario patriarcal en Jerusalén durante 26 años, afirmó: «Hay que decir con fuerza que la última palabra no es la guerra sino la paz».

Por otra parte, el líder greco-melquita manifestó su intención de pedir al presidente de Estados Unidos y a sus aliados «mayor confianza» en las palabras pronunciadas por los países árabes, que «abren nuevas perspectivas».

Tras los atentados, aclaró, «la situación ha cambiado y es posible una amplia alianza en favor de la vida y de la paz», para ello, aclaró, se requiere establecer como prioridad «la creación del Estado palestino».

Por tanto, añadió, «hay que promover más el debate internacional para garantizar la paz» y en esto Europa está llamada a asumir un papel fundamental.

El patriarca agradeció las palabras del cardenal Camillo Ruini, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, en su reciente discurso de apertura de los trabajos de la comisión permanente de la Conferencia Episcopal Italiana.

En estos momentos, Gregorio III subrayó la necesidad de insistir en «el arma de la disuasión ejercida en el ámbito internacional».