CASTEL GANDOLFO, 2 septiembre 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha pedido una tregua de todas las guerras con motivo de los Juegos Olímpicos que tendrán lugar en Grecia entre el 13 y el 29 de agosto de 2004.
Las próximas Olimpiadas «ofrecerán la posibilidad de una nueva experiencia de fraternidad para vencer el odio, para acercar a las personas y los pueblos», dijo el pontífice este lunes al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador de Grecia ante la Santa Sede, Christos Botzios.
«Con esta ocasión, hago un llamamiento a una tregua duradera de toda violencia para que el espíritu pacífico y el sano estímulo, propio de los fundadores de los Juegos Olímpicos, se difunda en todos los campos de la sociedad y en todos los continentes».
«Deseo que, en un mundo turbado y a veces incierto, este acontecimiento deportivo sea una manifestación alegre de la pertenencia de todos a la misma comunidad humana, fraterna y solidaria», concluyó.
Por su parte, el señor Botzios, de 63 años, diplomático de carrera, recordó ante el Papa que este deseo ya había sido expresado conjuntamente por Juan Pablo II y por el arzobispo ortodoxo de Atenas, Christodoulos, en la histórica visita que realizó el Papa a esa ciudad en mayo del año pasado.