ROMA, 17 septiembre 2002 (ZENIT.org).- Dos decisivos acontecimientos darán un impulso decisivo al diálogo ecuménico y a la colaboración entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa de Rumania.
Del martes al jueves, por una parte, se reúnen en el Centro Cultural Pastoral de Durao quince obispos católicos –de rito bizantino y latino– y quince sacerdotes ortodoxos para analizar juntos su misión en el actual contexto del país.
El 13 de octubre, por otra parte, Juan Pablo II recibirá en Roma al patriarca ortodoxo de Bucarest, Teoctist, quien agradecerá de este modo la visita que hizo el pontífice a su país en mayo de 1999, cuando por primera vez un obispo de Roma pisaba tierras ortodoxas.
«Ser obispo hoy: dignidad y dificultades de una misión» es el tema general que está siendo afrontado en Durao, encuentro de estas características que se distingue por acoger al mayor número de obispos ortodoxos del país.
El congreso, organizado por la diócesis católica de Iasi, por la sede metropolitana ortodoxa de Iasi y por la diócesis italiana de Padua, es apoyado también por el Departamento estatal para el Culto de Bucarest.
Cada uno de los argumentos del congreso son expuestos por un obispo, uno ortodoxo y otro católico, cada uno según su perspectiva.
El primer tema en la agenda de este martes era «El obispo, pastor de la Iglesia local y depositario de la fe universal. Tradición y renovación de un carisma eclesial fundamental». Los relatores fueorn el metropolita ortodoxo de Iasi, Daniel, y el obispo católico Aurel Perca, auxiliar de Iasi.
El segundo tema, «El obispo, padre espiritual en un contexto secularizado», fue afrontado por el obispo ortodoxo de Arad, Timotei, y el obispo greco-católico de Oradea, Virgil Bercea.
La oración servirá de hilo conductor durante los tres días del encuentro. Al final, los participantes se dirigirán en peregrinación a los monasterios ortodoxos y católicos de la zona, y visitarán centros pastorales de las dos Iglesias.