La familia de Yoni Jessner, de 19 años, decidió donar sus órganos, y uno de sus riñones le fue implantado a Yasmin Abu Ramila, una niña palestina de siete años residente en Jerusalén Este, según el diario.
«No tengo palabras para agradecer a la familia de la víctima del atentado. Me uno a su tristeza y les agradezco la donación del órgano que ha salvado la vida de mi hija», declaró Dina, la madre de la niña palestina, que esperaba el órgano desde hace dos años.