BOGOTA, 20 octubre 2002 (ZENIT.org).- Los Juristas Católicos de Pastoral Penitenciaria de América Latina y el Caribe, se reunieron en Bogotá del 3 al 5 de julio de 2002, en su primer Encuentro, convocado por el Departamento de Pastoral Social del CELAM, para analizar la realidad del mundo penitenciario han revisado su actuación, a la luz del compromiso que, como bautizados, tienen frente a la dignidad del ser humano.
En el «Documento de Bogotá», que acaban de dar a conocer, reconocen que como juristas han «dado la espalda al Evangelio al convertir la ley en falso ídolo» y afirman que es necesaria «una gran transformación pendiente que es una deuda de la Iglesia en libertad con la Iglesia tras las rejas».
«Oímos el clamor de las personas sumidas en la exclusión de la carcelación –añaden los juristas católicos–. La Iglesia se siente golpeada en su corazón y en su conciencia frente a esta situación. Nuestro pecado, ruptura con Dios y con el prójimo, abarca también al hombre carcelado y agravia a Dios porque ofende a su criatura preferida».
«Esta actitud nuestra incrementó la criminalidad y la violencia. Los juristas católicos pedimos perdón por este grave pecado de omisión», afirmaron.
«Queremos ser instrumentos del amor de Dios», aseguran. «Por nuestra ineficiencia cristiana como juristas, los «derechos humanos» se han convertido en concesión graciosa de los gobiernos y en mera declamación. La enseñanza social de la Iglesia advierte que todos los hombres somos iguales en dignidad, hijos de un mismo Padre, hermanos de Cristo», añaden.
«Rechazamos toda conculcación de cualquier derecho fuera de la restricción a la libertad ambulatoria, en mayor medida los que tienen una esencia cristiana particular, que deben ser especialmente protegidos», aseguran.
«La evangelización del mundo penitenciario y la defensa de la dignidad del hombre carcelado es el ‘nuevo nombre’ de la seguridad y de la prevención de la criminalidad en América Latina y el Caribe».
Los juristas declaran que se comprometen a defender los siguientes principios: la vida, igualdad, educación, familia, trabajo, participación, presunción de inocencia, adopción de medidas alternativas a la pena de prisión, reclusión en condiciones dignas, debido proceso, misericordia, libertad de cultos e inserción social.
«Invitamos a todos los juristas católicos Latinoamericanos y Caribeños a promover la dignidad del carcelado frente a los gobiernos y la sociedad en general, para instaurar un sistema judicial digno del ser humano americano, al influjo magistral de la fe cristiana», afirman.
«Los impulsamos a participar desde la fe, en la construcción de una Civilización del Amor tangible, a formarse eficazmente, actuar en política e incidir en la legislación y conducción del sistema», concluyen.
La Comisión redactora del documento está formada por Alejandro Ramírez Llorens (Argentina), Jairo Gómez Afanador (Colombia) y Desiree A. Del Rosario (Rep. Dominicana).