CIUDAD DE MÉXICO, 7 octubre 2002 (ZENIT.org).- Con preocupación ante el elevado índice de pobreza en el país, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), a través de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, ha puesto en marcha la primera Campaña de la Solidaridad 2002.

La campaña --comenzó el 4 de octubre y se prolongará hasta el 24 de noviembre-- comienza por acciones urgentes que contribuyan a sensibilizar a la población mexicana sobre la responsabilidad del conjunto de la sociedad de brindar apoyo a los más pobres y marginados, en especial a los niños.

Inspirada en la Carta Pastoral de los Obispos «Del Encuentro con Jesucristo a la Solidaridad con Todos», la Campaña de la Solidaridad en el 2002 se centra en el «El Hambre y la desnutrición de los niños pobres». Participan en su lanzamiento 55 diócesis en sus espacios de vida parroquial y comunitaria, así como en los diferentes medios de comunicación locales y nacionales.

«La Iglesia no considera de ninguna manera que esta campaña resolverá el grave problema del hambre y desnutrición infantil. Sin embargo, ve urgente mover la conciencia de hombres y mujeres que, en el seguimiento de Jesús, hagan lazos horizontales de ayuda sin que se promuevan actitudes de dependencia, sino de ayuda mutua», subrayó monseñor Abelardo Alvarado, Secretario General de la CEM, en la rueda de prensa de lanzamiento de la campaña.

El tema fue aprobado en la Asamblea General de la CEM porque los obispos consideran que los niños son la población más vulnerable e indefensa: «Pensar en una campaña que atienda el hambre y la desnutrición infantil significa pensar en una campaña en donde se visualicen sujetos concretos hacia donde pueda dirigirse la caridad que se hace efectiva», expresó el padre José Antonio Sandoval Tajonar, Secretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal de Pastoral Social.

«Lo que queremos es crear una “cultura de la solidaridad”: pasar de la solidaridad que se expresa en momentos coyunturales a una cultura de la solidaridad en donde se tenga presente al hermano siempre», añadió.

Con vocación pedagógica, y no de colecta, la campaña busca educar y sensibilizar. «Es una invitación abierta a la participación de las diócesis para que compartan el esfuerzo y decidir asumirlo como propio», comentó el Padre Hugo Baldemar, coordinador de la campaña.

La Comisión Episcopal de Pastoral Social de la CEM ofrece más información en CAMPAÑA DE LA SOLIDARIDAD 2002 .