CIUDAD DEL VATICANO, 15 octubre 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha enviado un mensaje de felicitación a monseñor Luigi Giussani, fundador del movimiento eclesial Comunión y Liberación, quien este martes cumplía 80 años.

En su mensaje, el pontífice recuerda los capítulos más sobresalientes de la vida de este sacerdote italiano, nacido en Desio (cerca de Milán), cuyos libros han sido traducidos en doce idiomas.

En particular, recuerda los años en los que era maestro de religión en el Instituto (preparatoria, High School) milanés «Berchet», en donde en 1954 creó Juventud Estudiantil que en 1969 pasaría a llamarse Comunión y Liberación.

Hoy este movimiento, que no prevé ninguna forma de adhesión jurídica u oficial, está presente en 70 países de todos los continentes. Su instrumento fundamental de formación es la catequesis semanal, conocida con el nombre de «Escuela de comunidad».

Ahora bien, el pasaje de la vida de Giussani en el que el mensaje del Papa se detiene con más cariño es el de los últimos años de su vida, marcados por la enfermedad.

«Le agradezco el testimonio de confiada adhesión a la voluntad divina, que usted nunca ha dejado de ofrecer al Movimiento y a la Iglesia», afirma el Papa.

«Que el Señor, dador de todo bien, le permita experimentar el consuelo de su presencia y la alegría de su amor», desea el Santo Padre.

Monseñor Giussani nació el 15 de octubre de 1922. Su madre, Angela, le transmitió una religiosidad sencilla y genial: «¡Qué bello es el mundo y qué grande es Dios!», le susurró una noche llena de estrellas que el fundador de Comunión y Liberación no podrá olvidar nunca.

Del padre Beniamino, artista y socialista anárquico, aprendió el ansia de justicia y el amor por la belleza: pintura, poesía, música...

Entró siendo muy joven al seminario y fue ordenado sacerdote en 1945. Tras enseñar en el Instituto «Berchet», entre 1964 y 1990 fue catedrático de Introducción a la Teología, en la Universidad Católica de Milán

Sus numerosos libros fueron presentados en la sede de Nueva York de las Naciones Unidas, en 1997, como escritos por «un representante particularmente inspirado del sentido religioso del hombre».

Su pensamiento se sintetiza en su gran pasión: el descubrimiento del infinitamente grande e infinitamente pequeño, es decir, el misterio de Cristo, Dios hecho hombre. Esta es la esencia de Comunión y Liberación.

Más información en http://www.comunione-liberazione.org.