«Presenta como saludables los fármacos abortivos que ilegalmente ha autorizado el ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos y Tecnología Médica)», afirman las asociaciones.

A partir de esta ley, «el Estado, los organismos externos y la industria farmacéutica cuentan con una herramienta legal para avanzar e intervenir sobre la familia y la formación moral de los hijos, violando la patria potestad», denuncia Pro-Vida (Organización No Gubernamental).

Su presidente, el doctor Roberto Castellano, cataloga la ley como una norma «inconstitucional que busca satisfacer el ánimo de lucro de algunos y los intereses de otros, preocupados porque nuestros recursos no se destinen a desarrollar y atender nuestra población sino al pago del endeudamiento externo».

El boletín «Notivida» subrayó que «se hizo evidente que la sanción de la ley fue impulsada por el gobierno del doctor Duhalde. Al llegar a las galerías, fueron aclamados por el público Hilda de Duhalde y el ministro de Salud, Ginés González García, que días atrás impulsó la elección de la abortista Mirta Roses como Directora de la Organización Panamericana de la Salud».

«Una vez sancionada la ley, se aclamó a la senadora Mabel Müller (Partido Justicialista – provincia de Buenos Aires), principal operadora del duhaldismo en el senado», informa.

Por mayoría, los senadores no quisieron que haya votación nominal, como propuso la senadora Nancy Avelín. De ese modo, no quedó registrado el voto de cada legislador.