El comandante del batallón Cazadores, coronel César de la Cruz, reveló que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) pretendían secuestrar al obispo de San Vicente del Canguán, monseñor Francisco Javier Munera, quien tenía previsto movilizarse por una peligrosa carretera de la zona.
Los rebeldes, que sabían que el prelado debía confirmar a un grupo de jóvenes en la ciudad de Florencia, habían planeado su secuestro en el camino, dijo el oficial, quien reveló que el plan se frustró con la interceptación de una llamada a las FARC.
El frustrado secuestro del obispo de San Vicente del Caguán, el pueblo más grande de una zona de 42.000 kilómetros –dos veces el tamaño de El Salvador– sede de los fallidos diálogos de paz, se registró después de que el jueves grupos armados asesinaran en hechos aislados a dos sacerdotes.
Las FARC es el grupo rebelde más numeroso de Colombia con unos 17.000 combatientes.
En este país de más de 40 millones de habitantes mayoritariamente católico, los grupos armados en los últimos 18 años han asesinado a 47 sacerdotes y dos obispos, mientras que otras comunidades religiosas han denunciado campañas de persecución contra sus líderes y pastores.
El conflicto interno colombiano ha dejado 40.000 muertos en los últimos 10 años.