El Vaticano abrirá su archivo secreto sobre la llegada al poder de Hitler

En respuesta a la petición de historiadores y representantes judíos

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CIUDAD DEL VATICANO, 29 octubre 2002 (ZENIT.org).- A partir del 1 de enero de 2005 la Santa Sede abrirá la documentación de sus archivos secretos relativos a las actividades del nuncio apostólico en Alemania, el arzobispo Eugenio Pacelli, futuro Pío XII.

En una rueda de prensa concedida este martes, el cardenal Jorge María Mejía, bibliotecario de la Santa Iglesia Romana, reveló que a partir de inicios del año 2003 se harán públicos los documentos relativos a la nunciatura en Alemania durante el pontificado de Pío XI (1922-1939). Paulatinamente se abrirán los demás documentos del pontificado.

Monseñor Pacelli fue nombrado en 1920 nuncio ante la nueva República de Weimar, mientras seguía siendo Nuncio en Baviera (cargo que había recibido en 1917). Dejó la Nunciatura –y con ello Alemania– en 1929 y al año siguiente fue nombrado secretario de Estado por el Papa Pío XI, a quien sucedería a su muerte.

Estos documentos revelarán datos inéditos sobre el pensamiento del futuro Papa ante el paso de la democracia de la República de Weimar a la dictadura de Hitler, y sobre las instrucciones que dejó a su sucesor en el cargo.

El cardenal Mejía informó asimismo que el mismo Archivo vaticano ha propuesto a la Secretaría de Estado publicar en seis cd-rom, así como en un volumen de introducción y seis de acompañamiento, todos los archivos de la Oficina de la Secretaría de Estado, creada en 1940 por Pío XII, a favor de los «Prisioneros de guerra».

Esta Oficina, cuya labor duró hasta 1946, tenía por objetivo investigar y ofrecer informaciones sobre las peticiones que recibía la Secretaría de Estado del Vaticano de familiares o amigos que querían saber qué es lo que les había pasado a personas que daban por desaparecidas.

La Oficina recopiló en el archivo tres millones y medio de fichas, muchas de ellas con informaciones sobre judíos. Para informarse sobre lo acaecido a estas personas, la Oficina utilizaba los particulares canales de información con que contaba la Iglesia: nunciaturas apostólicas, obispos, comunidades religiosas, etc.

Con estas iniciativas la Santa Sede responde a peticiones de historiadores y exponentes de la comunidad judía que habían pedido la apertura de los archivos secretos de ese período, en particular en lo referente al Papa Pacelli.

La Santa Sede deja un período ampliamente prudencial para abrir sus archivos secretos a los expertos e historiadores pues en sus documentos se tocan cuestiones de conciencia o comprometedoras. Por respeto a los implicados, se considera apropiado dejar un tiempo después de su muerte.

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ZENIT Staff

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