Esta es la tesis que ha ilustrado el Simposio «León XIII y el Oriente», celebrado este jueves en la sede del Pontificio Instituto Oriental (PIO) de Roma, que ha contado con la participación del vicesecretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, monseñor Eleuterio Francesco Fortino.
El simposio ha afrontado la cuestión de los católicos de rito oriental (conocidos también con el término peyorativo «uniata») unidos al Papa, así como la importancia del Congreso Eucarístico de Jerusalén (1893).
En este sentido, el profesor belga Claude Soetens explicó que el Congreso Eucarístico de Jerusalén tenía inicialmente la intención de honorar la Eucaristía con celebraciones litúrgicas y estudios. Pero el papa León XIII quiso aprovechar su convocatoria para lanzar una iniciativa de ayuda y acercamiento a las Iglesias de Oriente.
De hecho, León XIII intentó infructuosamente reunir a las máximas autoridades eclesiásticas no católicas (los patriarcas griego y armenio, el metropolita copto, el obispo siro-jacobita), pero no fue posible.
En la carta apostólica «Praeclara gratulationis» (20 de junio de 1894) el pontífice recordó después la originaria unidad de la Iglesia y invitó al Oriente cristiano a restablecerla, observando que antes de la separación todos los cristianos de Oriente y Occidente habían reconocido unánimemente al obispo de Roma como sucesor de Pedro.
El mismo Papa escribió ese año la carta apostólica «Orientalium dignitas» (noviembre de 1894) en la que estableció la «Comisión para la reconciliación de los disidentes» («Comissio Pontificia ad reconciliationem dissidentium cum Ecclesia fovendam»), clara anticipación de lo que hoy es el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. La comisión murió cuando falleció el pontífice.
Según el profesor Claude Soetens, de la Universidad Católica de Lovaina, el proyecto de unión con el Oriente Cristiano era una de las prioridades del papa León XIII, mucho más conocido popularmente por ser el autor de la encíclica social «Rerum Novarum».
El historiador Vittorio Peri afrontó la cuestión de los católicos de rito oriental, y observó que es necesario aclarar los términos unidad (entre cristianos) y unión (de las Iglesias) para avanzar.
El rector del Pontificio Instituto Oriental, el padre Héctor Vall, expuso a los presentes en el simposio que «las vías del ecumenismo no son fáciles» y evocó al papa León XIII como a «un gigante que miró hacia Oriente y que ha abierto una perspectiva nueva del catolicismo hacia el Oriente cristiano».