«Desde hace algunos días, en todos los medios de comunicación, ya no se habla de la oportunidad de una guerra contra Irak, sino de la fecha del inicio de las hostilidades. Peor todavía: algunos ya opinan sobre la posguerra», explica el comunicado.
«Estamos alarmados por este tipo de discursos y queremos recordar con firmeza nuestra oposición a una guerra cuyas principales víctimas serían las poblaciones civiles», añaden los obispos.
«Desde hace años, el pueblo iraquí, en particular los niños, sufren atrozmente a causa de las consecuencias del embargo internacional contra ese país. No le martiricemos más todavía, cuando no se han recorrido todos los caminos del diálogo y no se ha verificado el peligro que supone el dictador iraquí», afirman.
«Además, hay que ser conscientes de que una guerra contra Irak «heriría» a muchos musulmanes y produciría ciertamente el efecto contrario, es decir, un aumento de la amenaza terrorista por parte de los fanáticos islamistas», consideran.
«Hacemos un llamamiento a todos los creyentes de nuestro país a redoblar sus oraciones para que la guerra no estalle y triunfe el sentido común», concluyen.