Polaco, de la arquidiócesis de Katovice, el padre Czaplicki trabaja desde hace diez años en la Federación Rusa. Hasta ahora era párroco en Puschkin, profesor en el seminario de San Petersburgo, y presidente de la Comisión eclesiástica para los mártires católicos del siglo XX en Rusia.
Es el último caso de la serie de expulsiones que comenzó después de que en febrero pasado Juan Pablo II creara cuatro diócesis católicas en Rusia. Entre los expulsados se encuentra el obispo Jerzy Mazur, de San José en Irkutsk, y al menos cuatro sacerdotes católicos.