Fuentes católicas de Gujarat refieren que «las divisiones entre hindúes y musulmanes ya es total. (…) Las familias, en otro tiempo amigas, hoy se miran con recelo».
«Los hindúes acusan a los musulmanes de tener vínculos con los fundamentalistas islámicos de otros países. Los musulmanes, reducidos a vivir como refugiados en su propio país, se sienten tratados como ciudadanos de segunda clase».
Entre las dos comunidades, los cristianos intentan conservar la neutralidad y trabajar por la armonía. Por ello, la Comisión para la Unidad de los Cristianos de Ahmedabad organizó el 30 de enero pasado en la Catedral Monte Carmelo un día de oración orientado a «curar las heridas de la oposición entre los grupos».
Celebrado el día de la Jornada de los Mártires, entre los cuales en la India se recuerda el martirio de Mahatma Gandhi, líderes de las Iglesias católica y protestante dirigieron la oración por la unidad y la paz de todos los creyentes y habitantes de Gujarat y de toda la India.
El sacerdote jesuita Cedric Prakash, coordinador para los Derechos Humanos, Justicia y Paz de la diócesis, citó los cuatro pilares de la paz recordados por Juan Pablo II –verdad, justicia, amor y libertad–, extraídos de la encíclica «Pacem in Terris» de Juan XXIII, pidiendo el retorno de la paz a Gujarat.
Además invitó a los cristianos a esforzarse en devolver la paz y la unidad entre la gente, en un contexto en que el gobierno ha aprobado recientemente una normativa que prohíbe la conversión.
Ese mismo día, el obispo católico de Ahmedabad, monseñor Thomas Ignatius MacWan, participó en un encuentro interreligioso celebrado en el «Sabarmati Gandhi Ashram» en recuerdo del 55º aniversario de la muerte del héroe nacional. El prelado leyó un pasaje de la Biblia y oró por la paz y la armonía entre las religiones.
La convivencia entre hindúes, musulmanes y cristianos fue pacífica durante medio siglo. Ciertamente, a veces se registraban incidentes, pero los grupos volvían a compartir la vida, el trabajo y las festividades.
La violencia nunca alcanzó el nivel de los recientes desórdenes. «Esta vez, el odio se ha alimentado durante mucho tiempo y ha culminado en un intento sistemático de recíproca destrucción. Pero los desórdenes son organizados por provocadores», denuncian en Gujarat.