CIUDAD DEL VATICANO, 28 febrero 2003 (ZENIT.org).- Al intervenir este jueves ante los embajadores acreditados ante la Santa Sede, el representante de Juan Pablo II dejó un mensaje central: es necesario hacer prevalecer «la fuerza de la ley; no la ley de la fuerza».
El arzobispo Jean-Louis Tauran, secretario para las Relaciones con los Estados, subrayó esta propuesta ante los representantes de 177 países a los que había convocado en un encuentro a puertas cerradas.
El prelado informó sobre los contactos que han mantenido el Papa y sus colaboradores con exponentes de primer orden de la comunidad internacional con el objetivo de encontrar una solución pacífica a la crisis iraquí.
«Monseñor Tauran ha afirmado que Irak tiene que obedecer a las resoluciones de la ONU, pero al mismo tiempo es inadmisible el concepto de guerra preventiva», ha explicado al diario Avvenire el decano del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, Giovanni Galassi.
El embajador de la República de San Marino añade que, según el informe del arzobispo Tauran, «es ilegal que un Estado ataque a otro sin que se haya proclamado el estado de guerra y, de todos modos, el uso de la fuerza en esta situación es desproporcionado».
En el encuentro, que se celebró en la Casa Santa Marta del Vaticano, «ha quedado clara la necesidad de que continúen las inspecciones de la ONU, que podrían ser decisivas antes de llegar a un punto irreversible», sigue informando el embajador Galassi, quien pidió a la Santa Sede el encuentro en nombre del Cuerpo Diplomático.
Una operación militar, aclara al referir la intervención del prelado francés, «llevaría a la pérdida de vidas humanas y a la creación de una situación desestabilizadora para toda el área».
Al final de la relación de monseñor Tauran, de media hora, no hubo espacio para preguntas: se dejó paso a coloquios informales entre los presentes.
Por su parte, el presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y Paz, monseñor Renato Martino, se reunió también este jueves con unos 20 embajadores europeos en la embajada de Grecia para recalcar esta posición de la Santa Sede.