BAGDAD, 30 marzo 2003 (ZENIT.org – Fides).- El 21 de marzo, al día siguiente del inicio de los bombardeos, los obispos de Irak consagraron el país a María, Reina de la Paz, en una solemne celebración que tuvo lugar en la catedral de rito caldeo San José, de la capital.
Los representantes de las distintas Iglesias cristianas se reunieron a los pies de la imagen de la Virgen peregrina Reina de la Paz, que ha recorrido todo el país congregando una gran cantidad de fieles que se confían a su intercesión.
La iniciativa tuvo un amplio eco en todo el mundo comprometiendo en la oración a fieles de los cinco continentes.
Estuvieron presentes en el acto de consagración los obispos auxiliares del Patriarcado Caldeo monseñor Shlemon Warduni y monseñor Emmanuel Karim-Delly, así como monseñor Jean Benjamin Sleiman –arzobispo de la Iglesia católica Latina–, monseñor Atanasio Matti Shaba Matoka –arzobispo de la Iglesia católica siria–, monseñor Paul Coussa –de la Iglesia católica armenia–, el arzobispo Javier Jamil Hawa –de la Iglesia ortodoxa siria– y el arzobispo Ghevargese Warda Daniel Siliwa –de la Iglesia asiria–.
Una inmensa asamblea de fieles se reunió en la catedral para implorar a la Virgen protección y defensa y acudieron a su intercesión para obtener la paz en Irak y en todo el mundo.
La imagen de la Virgen que se encuentra en Bagdad recibe el nombre de «Virgen Peregrina» precisamente porque su característica es la de viajar de ciudad en ciudad, una iniciativa que surgió en Francia en 1995 y se adoptó en todo el mundo con 8.000 imágenes de la Virgen presentes en 120 países.
En Irak, las semanas previas al inicio de los bombardeos, la Virgen estuvo en diferentes iglesias de Bagdad –católicas, ortodoxas y armenias–, una oportunidad de oración que convocó a numerosos cristiánanos y también a los musulmanes.