Italia quiere promulgar una la ley de libertad religiosa modelo

Por iniciativa del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum y el GRIS

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ROMA, 15 mayo 2003 (ZENIT.org).- Ayudar a la convivencia entre culturas y religiones diferentes «es el único futuro posible para el mundo» y es el objetivo que debe presidir el proyecto de ley sobre libertad religiosa que debate estos días el parlamento italiano.

Es una de las observaciones que hizo monseñor Vincenzo Paglia, obispo de Terni-Narni-Amelia y miembro de la Comisión episcopal para el ecumenismo y el diálogo de la Conferencia Episcopal italiana (CEI), en la mesa redonda que se celebró el martes pasado sobre «La ley de libertad religiosa en Italia».

Organizado por el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum y el GRIS (Grupo de Investigación e Información Socio-religiosa), todos los representantes de los partidos constitucionales de Italia participaron en el acto orientado a analizar la perspectiva del Estado en la regulación de un derecho fundamental como la libertad religiosa.

La importancia de dicha legislación radica también en que «podría constituir un ejemplo de carácter internacional», según subrayó el padre Paolo Scarafoni L.C., rector del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, en la apertura del encuentro.

«La ley de libertad religiosa es una de las más significativas e importantes porque se funda en la dignidad de la persona», afirmó el profesor Giuseppe Ferrari, secretario nacional del GRIS.

El profesor Ferrari recordó que «Juan Pablo II puede ser considerado, más que nadie, el defensor de los derechos humanos y en particular de la libertad religiosa».

Por su parte, monseñor Paglia recalcó el deber prioritario del legislador de afrontar la pluralidad de las religiones que la historia ofrece como hecho consolidado e irreversible.

Por ello, según el prelado, el camino del encuentro es obligado, si bien «dialogar no quiere decir renunciar ni diluir el propio credo. Sólo quien siente la propia identidad de una manera firme puede llevar a cabo un verdadero diálogo».

Hablando de la ley en concreto, monseñor Paglia declaró que «la cuestión más ardua se refiere a la religión islámica». «Creo que el Estado italiano tiene todo el derecho de pedir a los Estados islámicos la reciprocidad en el trato», afirmó.

En este sentido, añadió que «en caso de que la ley fuera aprobada durante el semestre de la presidencia europea de Italia, ello tendría una autoridad aún mayor ante el resto de los países para pedir reciprocidad» .

Según el obispo de Terni, la ley propuesta «muestra la sabiduría del Derecho italiano, que no se deja desviar por la interpretación francesa y no concibe la laicidad de la Constitución como ostracismo frente a las religiones, sino como obligado respeto del Estado para sostener la dimensión religiosa de todos en el marco jurídico y civil».

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ZENIT Staff

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