«Es desconcertante que a los que desean ser cristianos se les exija permiso de las autoridades locales, mientras otros pierden su derecho a la asistencia social y familiar», afirmó.
El pontífice hizo su denuncia al recibir a los obispos de las provincias eclesiásticas de Calcuta, Guwahati, Impahl y Shillong que acababan de terminar su quinquenal visita «ad limina apostolorum» al obispo de Roma y a la Curia.
«Además hay quienes son marginados o expulsados de sus poblados», afirmó.
«Por desgracia, ciertos movimientos fundamentalistas están creando confusión entre algunos católicos e incluso ponen resistencia a todo intento de evangelizar», denunció.
El Papa alentó a los obispos de la India a no desalentarse «por esas injusticias» y a comprometer «a la sociedad de modo que esas tendencias alarmantes se inviertan».
Pero el obispo de Roma reconoció que «obstáculos a la conversión no siempre externos sino incluso dentro de las propias comunidades».
«Esto puede suceder cuando miembros de otras religiones ven desacuerdo, escándalo y desunión dentro de nuestras instituciones católicas –reconoció–. Por eso, es importante que los sacerdotes, religiosos y laicos trabajen juntos y especialmente cooperen con su obispo, que es signo y fuente de unidad».
Juan Pablo II aseguró que «es responsabilidad de los obispos apoyar a aquellos que están involucrados en la tarea vital de la evangelización, asegurando que nunca pierdan el celo misionero que es central en nuestras vidas en Cristo».
«Tenemos que tener siempre presente el hecho de que la Iglesia evangeliza en obediencia al mandamiento de Cristo, sabiendo que cada persona tiene derecho a escuchar la Buena Noticia de Dios que se revela y se da a sí mismo en Cristo», afirmó.