RESISTENCIA, 12 junio 2003 (ZENIT.org).- La «crisis de la civilización» constituye el mayor desafío que se plantea la acción evangelizadora de la Iglesia en Argentina.
Así lo afirma el arzobispo de Resistencia, monseñor Carmelo Giaquinta, al explicar las Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización, recientemente aprobadas por la Conferencia Episcopal Argentina
Otros de los desafíos «menores», según el prelado, son la búsqueda de Dios, el escándalo de la pobreza y la exclusión social, la crisis del matrimonio y la familia, y la necesidad de una mayor comunión.
En declaraciones a la agencia católica argentina Aica, el arzobispo reconoce que «el desafío es tan grande que solos no podríamos hacerlo».
«Es necesario confiar en el Espíritu que nos anima, y pedirle que afiance en nosotros algunas características espirituales indispensables para esta hora», añade.
En particular, mencionó: sentirnos amados por Dios, ser firmes en la esperanza, con entrañas de misericordia, en la mística de comunión, con fervor misionero y en la entrega cotidiana».
«Con estas armas espirituales –subrayó–, es preciso acometer los desafíos anunciando íntegro el Evangelio, pero destacando especialmente el siguiente contenido: ‘Jesucristo resucitado nos da el Espíritu Santo y nos lleva al Padre. La Trinidad es el fundamento más profundo de la dignidad de cada persona humana y de la comunión fraterna».
Indicó, asimismo, que también se adoptaron algunos criterios pastorales comunes entre las Iglesias diocesanas para afrontar estos desafíos: «importancia de la pastoral ordinaria diocesana, que ha de ser también orgánica; que proponga un camino integral de santidad; mediante un itinerario formativo gradual; que apunte a hacer a todos los fieles laicos sujetos y destinatarios de la obra evangelizadora». Para destacar luego tres acciones prioritarias: «hacer de la iglesia casa y escuela de oración; acompañar a todos los bautizados hacia el pleno encuentro con Jesucristo; y procurar que la Iglesia sea servidora para una sociedad responsable y justa».
Monseñor Giaquinta anunció que la habitual Asamblea Arquidiocesana de octubre, se adelantará para el 28 y 29 de junio, por lo que convocó a la oración preparatoria.
«Esto podría parecerle a alguno una recomendación de rúbrica, pero no. La oración es necesaria de toda necesidad. Porque es cierto que ‘si el Señor no edifica la casa, en vano se fatigan los albañiles; si el Señor no custodia la ciudad, en vano vigilan los centinelas’», concluye.
