MADRID, 2 junio 2003 (ZENIT.org-VERITAS).- El 8 de junio, Solemnidad de Pentecostés, se celebra el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar.

Para conocer esta realidad eclesial, la Agencia Veritas ha entrevistado a Irene Szumlakowski, recientemente reelegida presidenta diocesana de la Acción Católica General de Madrid.

--¿Cómo celebra la Acción Católica General de Madrid el día del Apostolado Seglar?

--Irene Szumlakowski: El sábado pasado tuvimos el Paso a la Militancia de los
jóvenes, y esta tarde tendremos el de adultos. Durante la celebración de una Eucaristía, se realiza este acto, que consiste en el compromiso público que los militantes hacen con la Iglesia.

La celebración general del Día de la Acción Católica se traslada desde hace algunos años al lunes anterior, para que los militantes puedan celebrarlo en sus parroquias, que es el sitio natural de la Acción católica.

--¿Qué destacaría del mensaje que los obispos han dirigido con ocasión del Día de la Acción Católica?

--Irene Szumlakowski: La importancia de tener una vida pacificada para ser constructores de la paz. No valen las manifestaciones si luego uno mismo no
es pacífico en los ambientes en los que se desenvuelve.

También el cardenal Rouco en la carta que nos ha dirigido dice recordando un mensaje del Papa a la Acción Católica al comienzo de su pontificado que el talante de los militantes no puede ser el de «las recriminaciones, las críticas amargas y polémicas» porque «las lamentaciones sirven de poco; debemos amar nuestro tiempo y ayudar al hombre de nuestra época».

--¿Cuál es la particularidad de la Acción Católica como movimiento de laicos?

--Irene Szumlakowski: La particularidad es que no tenemos un carisma particular, sino un fuerte sentido de Iglesia, por eso la Acción Católica nunca caduca. Las denominaciones antiguas que se dan a sus miembros como «los laicos de la diócesis» o «los laicos del obispo», no pretenden ser exclusivistas, pero tienen ese sentido eclesial directo que es propio de la Acción Católica. La peculiaridad es que ese sentido eclesial se vive desde el espíritu asociativo diocesano.

--¿Cómo se explica entonces que mientras otros movimientos crecen, la Acción Católica tiene aparentemente cada vez menos peso?

--Irene Szumlakowski: La Acción Católica tuvo un momento en que era lo único que había. Nunca vamos a volver a ese momento. La primera vez que el cardenal Rouco visitó el Consejo Diocesano nos dijo que la Acción Católica no puede volver a tener la exclusividad del Apostolado Seglar.

Han surgido muchos nuevos movimientos con carismas específicos, pero hay que seguir defendiendo el sitio de la Acción Católica, que no rivaliza con ellos porque no somos un nuevo movimiento, no tenemos un fundador, estamos vinculados directamente al obispo y en él a la Iglesia.

En las parroquias siempre habrá laicos que necesiten apoyarse a los que puede ayudarles una estructura que les dé más solidez. Mucha de la gente que está en las parroquias pertenece a la Acción Católica más de lo que creen porque participan de su espíritu.

--¿Cómo se organiza la Acción Católica en España?

--Irene Szumlakowski: Hay una Federación de Movimientos de Acción Católica con entidad jurídica que reúne a los diversos movimientos. Todos forman una sola Acción Católica con dos maneras de ser: especializada y general.

La Acción Católica especializada empezó en Francia y se desarrolló en España, aunque muchos países no la tienen. Fundamentalmente agrupa a movimientos de trabajadores como la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC); de estudiantes, como la Juventud Estudiante Católica (JEC); el Movimiento de Jóvenes Rurales Cristiano, y también la Fraternidad Cristiana de Enfermos y Minusválidos (FRATER).

La Acción Católica general reúne a los grupos de adultos, jóvenes y junior.

--¿Qué actividades intentará promover desde la presidencia de la Acción Católica general de Madrid?

--Irene Szumlakowski: En la Asamblea general que tuvimos hace un año aprobamos un Reglamento de Régimen Interno para que cada uno cumpla sus funciones que intentaremos llevar a cumplimiento. La distribución de tareas es muy importante para que el trabajo resulte eficaz.

Respecto a los trabajos de iniciación en las parroquias, como se trata de una propuesta a toda la Parroquia, no siempre cuaja; por eso estamos ensayando nuevas formas para extender la Acción Católica, por ejemplo los cursos que impartimos en el Consejo Diocesano para los que quieran iniciarse. Se trata sobre todo de que la gente aproveche el método de la revisión de vida.

Un gran reto para mí sería que las familias se mantuvieran activas en la

Acción Católica y el Apostolado. Muchas tienen poco tiempo incluso para cuidar a sus hijos, y a veces el apostolado les parece un lujo que no pueden permitirse. Pero también en esto tenemos que hacer caso al Papa e intentar ser creativos, porque además del compromiso de la familia tenemos un compromiso con el apostolado.

El otro día un ex militante de Acción Católica cuyo hijo ha entrado en el grupo de juveniles me comentaba que quiere volver a colaborar con la Acción Católica en la sección de juveniles, eso es esperanzador.

--¿Qué actividades tiene Madrid para cuidar la formación, que es una de las notas esenciales de la Acción Católica?

--Irene Szumlakowski: El Aula de Teología funciona con éxito desde hace varios años. Este año se ha dedicado la primera parte al estudio de la «Evangelii Nuntiandi» de Pablo VI, y en la segunda se ha hecho una introducción a los libros del Antiguo Testamento. También tenemos una Escuela de Catequistas que funciona en colaboración con la Delegación Diocesana de Catequesis, una Escuela de Padres y una Escuela de Liturgia que este año se ha dedicado a la Liturgia de las Horas.