«No hay paz sin justicia; no hay justicia sin perdón –afirmó el Santo Padre–. Lo recuerdo de nuevo hoy con más convicción, dirigiéndome a todos los habitantes de Tierra Santa».
Al encontrarse a mediodía de este domingo con varios miles de peregrinos que rezaron con él la oración mariana del «Angelus» bajo un sol abrasador, el pontífice recordó la semana de sangre y terror vivida en Tierra Santa que ha causado 60 muertos en los dos bandos y que ha puesto contra las cuerdas a la «hoja de ruta» para un plan de paz.
El riesgo, denunció, está en entrar «en un torbellino sin fin de violencia y represalias», reconoció el Santo Padre.
Por este motivo, exhortó a «la comunidad internacional a no cansarse de ayudar a israelíes y palestinos a volver a encontrar el sentido del hombre y de la fraternidad para construir juntos su futuro».