Los rebeldes ugandeses secuestran a quince niños de un orfanato católico

Se confirma que la guerrilla avanza hacia el sur del país

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ADJUMANI, 19 junio 2003 (ZENIT.org).- Los rebeldes del «Ejército de Resistencia del Señor» (LRA) secuestraron en la noche del miércoles en Adjumani –a 90 kilómetros al noroeste de Gulu, en la diócesis de Arua– a quince niños del orfanato administrado por las religiosas del Sagrado Corazón, una congregación de fundación sudanesa.

De los secuestrados –nueve niñas y seis niños de edades comprendidas entre los 7 y los 15 años, todos ellos refugiados de nacionalidad sudanesa–, cuatro han conseguido huir y se encuentran a salvo, según confirmó la agencia Misna. Del resto, no se sabe nada aún.

Dirigidos por un visionario, Joseph Kony, los «olum» («hierba» en lengua Acholi, como se conoce a estos guerrilleros) del LRA combaten desde 1989 contra el actual presidente –Yoweri Museveni– por la creación de un Estado basado en la observancia de pretendidos conceptos «bíblicos».

Para ello, no dudan en emprender acciones criminales contra la población civil sembrando la inseguridad y la muerte en los distritos del norte de Uganda, poblados por la etnia Acholi.

El menor de los secuestrados en este último ataque, Francis, dormía cuando irrumpieron los rebeldes. «Se despertó por el ruido y vio a sus compañeros de pie, en silencio y atados con una cuerda en filia india. Pensando que se trataba de un juego quiso unirse a la fila y también se lo llevaron», relató sor Mary Nyiirrumbe.

Desde hace años, la guerrilla secuestra a muchachos en el norte de Uganda para enviarlos a la fuerza a sus propios campos de adiestramiento en Sudán y convertirlos en combatientes. El pasado 11 de mayo, el LRA se llevó a 41 jóvenes del seminario de Lachor, de los cuales no se tienen aún noticias.

A la última oleada de ataques del LRA contra iglesias y misiones católicas hay que añadir el que sufrió la misión de Anaka –a cincuenta kilómetros al sudoeste de Gulu, capital del distrito del mismo nombre, en el norte del país– durante la noche del pasado lunes.

El objetivo de los «olum» fueron los locales de la misión y el campo de refugiados contiguo. El primer balance de la agresión habla de dos muertos y diecisiete heridos. El padre Italo Piffer, de 75 años, misionero comboniano que desde hace años dirige solo la parroquia de Anaka, salió ileso.

En la zona, el gobierno ha abierto una serie de campos para intentar proteger a los civiles de lengua «Acholi», expuestos a la continua violencia de las milicias rebeldes. Por el momento, cerca de 60.000 refugiados se agolpan en estos campos cercanos a la misión de Anaka.

El miércoles, el padre Buguslaw Zero, del instituto de los Misioneros de África (más conocidos como los Padres Blancos), sufrió una emboscada de los «olum» a cien metros de la entrada a la parroquia de Acumet, a 60 kilómetros al norte de Soroti.

En el ataque perdió la vida el pasajero que viajaba con el sacerdote, quien resultó herido en una mano aunque su estado no reviste gravedad, según afirmó un portavoz de la diócesis.

A continuación, los rebeldes irrumpieron en la parroquia, que ha sido completamente destrozada y despojada de las pocas cosas que tenía en su interior. Los hombres del LRA saquearon también un pequeño ambulatorio local del que se llevaron medicinas y enseres.

En la tarde del miércoles se registró otro ataque del LRA en la misma diócesis, en el que fueron asesinadas dos personas y otras cuatro resultaron heridas. Los rebeldes se lanzaron contra un vehículo que circulaba por la carretera que une los pueblos de Orongo y Amuria.

Las acciones de los rebeldes en la zona ya han provocado la fuga en masa de gran parte de la población local, aterrorizada por la violencia del LRA. Además, la presencia de los rebeldes en la diócesis de Soroti parece confirmar su avance hacia el sur.

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ZENIT Staff

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