Los movimientos eclesiales, escuelas de misión; según monseñor Rylko

Al intervenir en un congreso carismático católico

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STEUBENVILLE, 24 junio 2003 (ZENIT.org).- Definiéndolos como un «enorme don del Espíritu Santo para la Iglesia en nuestro tiempo», el secretario del Consejo Pontificio para los Laicos constató la asombrosa creatividad misionera de los movimientos eclesiales en un congreso carismático celebrado del 13 al 15 de junio en la Universidad Franciscana de Steubenville (Ohio).

El obispo polaco Stanislaw Rylko admitió ante los 700 participantes del encuentro la esperanza que le proporcionan en el futuro de la Iglesia.

Los movimientos laicos, como el carismático, han logrado un gran éxito en la evangelización, subrayó: «No esperan a que lleguen los no creyentes, sino que ellos mismos salen a buscar a quien está alejado de la fe».

Monseñor Rylko hizo hincapié además en la existencia de «muchos carismas ocultos en la vida de numerosos laicos católicos en la actualidad, hombres y mujeres, jóvenes, adultos y ancianos, solteros y casados».

«Son auténticos tesoros en la Iglesia y son dignos de ser valorados, porque con demasiada frecuencia permanecen escondidos», advirtió.

En este contexto, Bert Ghezzi, responsable y profesor en varios movimientos católicos de renovación, animó a los participantes a abrirse a los dones del Espíritu Santo y a la esperanza.

«El Espíritu de Dios, que resucitó a Jesús de entre los muertos y tiene gran poder en la Iglesia, ha venido para morar en nosotros. Somos templos del Espíritu Santo. Necesitamos responder y obedecer y utilizar la esperanza que Él nos ha dado», exhortó.

Por su parte, Jesse Romero, un evangelizador católico a tiempo completo, anteriormente fue ayudante del «sheriff» en el condado de Los Ángeles y campeón de «kick-boxing», explicó a los presentes que su capacidad para la evangelización sólo puede fortalecerse con la relación con Dios.

«Si vuestro catolicismo es sólo una religión, no tenéis fuerza», afirmó Romero advirtiendo que la fe católica es una religión, es decir una «relación».

«¿Cuántas personas en la Iglesia católica carecen de una relación con Jesucristo? Demasiadas», reconoció. «Tenemos que cambiar esto. Tenemos que re-evangelizar la Iglesia».

Durante el fin de semana se vivieron también momentos de adoración y alabanza, celebraciones eucarísticas y del sacramento de la Reconciliación, así como grupos de trabajo.

Este XXI Congreso carismático católico –de celebración anual– ha sido el cuarto de los veintidós congresos que promueve la Universidad Franciscana este verano, tanto en el campus de Steubenville como en todo el país.

Más información en www.franciscanconferences.com .

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ZENIT Staff

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