Según la iniciativa, propuesta por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), apoyado por el grupo de Izquierda Unida, el método actual produce una «sobrefinanciación» de la Iglesia católica.
La propuesta fue rechazada por el Partido Popular, alegando que esta religión es la mayoritaria en España y, como tal, el que tenga una financiación superior «no es discriminatorio, sino que reconoce la situación actual de los ciudadanos con esta religión».