CIUDAD DEL VATICANO, martes, 6 enero 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II repitió este martes el llamamiento a la paz que lanzó su predecesor, el Papa Pablo VI, hace exactamente cuarenta años, durante su histórica visita a Tierra Santa.
El pontífice dedicó parte de su encuentro con los peregrinos antes de rezar la oración mariana del «Angelus» a evocar el día de la Epifanía que Giovanni Battista Montini (Papa entre 1963 y 1978) pasó en la Basílica de la Natividad en Belén.
«Desde el lugar que vio nacer al Príncipe de la Paz exhortó a los responsables de las naciones a una mayor colaboración para «instaurar la paz en la verdad, en la justicia, en la libertad y en el amor fraterno»», evocó Juan Pablo II.
Aquella visita a la gruta en la que según la tradición nació Cristo, sirvió también para que el Papa italiano relanzara el diálogo entre la Iglesia y el mundo, siguió explicando con voz clara Juan Pablo II en una fría y soleada mañana ante más de 20.000 peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.
«Si el mundo se siente extraño al cristianismo, el cristianismo no se siente extraño al mundo», dijo el Papa Montini.
La visita de Pablo VI a Tierra Santa tuvo lugar del 4 al 6 de enero de 1964 cuando en Roma ya se habían reanudado las sesiones de trabajo del Concilio Vaticano II, tras las muerte del Papa Juan XXIII.
El primer regreso de un sucesor del apóstol Pedro a los santos lugares fue preparado en secreto por el secretario personal del Papa, monseñor Pasquale Macchi. El Santo Padre deseaba recorrer las sendas por las que había caminado Jesús a manera de retorno espiritual a los orígenes del acontecimiento cristiano y de la Iglesia.
En un manuscrito del 21 de septiembre de 1963, el Papa indicaba a sus colaboradores más cercanos los objetivos de su primer viaje apostólico: «Que sea un viaje rapídismo, que tenga carácter de sencillez, de piedad, de penitencia y de caridad».
El 5 de enero, en el Monte de los Olivos de Jerusalén tuvo lugar el encuentro entre el obispo de Roma y el patriarca ecuménico de Constantinopla, Atenágoras, «primus inter pares» de las Iglesias ortodoxas. El encuentro que buscaba ayudar a superar un cisma de hace casi mil años.
Aquel viaje abrió la era de viajes apostólicos internacionales del Papa que después continuó Juan Pablo II, que en sus veinticinco años de pontificado ha realizado 102.