El Papa sintetiza en el amor la misión de la mujer en el tercer milenio

CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 16 enero 2004 (ZENIT.org).- En una época que ha visto crecer la participación femenina en todos los campos, es importante que la mujer mantenga viva la conciencia de su vocación fundamental: la realización personal a través del amor, pidió Juan Pablo II este viernes.

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«La dignidad de la mujer se relaciona íntimamente con el amor que recibe por su feminidad y también con el amor que a su vez ella da», explicó el Papa al recibir a las participantes del 26º congreso nacional que, promovido por el Centro Italiano Femenino (C.I.F.), se celebra en Roma hasta el 18 de enero sobre el tema «Las mujeres ante las esperanzas del mundo».

«Es importante –exhortó– que la mujer mantenga viva la conciencia de esta vocación fundamental: ella se realiza a sí misma sólo dando amor, con su singular “genio” que asegura “la sensibilidad por el hombre en toda circunstancia, por el hecho de que es ser humano”».

De hecho, «la fuerza moral y espiritual» de la mujer «surge de la conciencia de que “Dios le confía de modo especial el hombre, es decir, el ser humano”», recalcó el Santo Padre citando su Carta Apostólica «Mulieris dignitatem».

«Esta es ante todo la misión de toda mujer también en el tercer milenio», constató el Papa.

«Vividla plenamente –invitó a las presentes– y no os desaniméis por las dificultades y los obstáculos que podáis encontrar en el camino. Al contrario, confiando siempre en la ayuda divina realizadla con alegría, expresando el “genio” femenino que os caracteriza».

Finalmente hizo un llamamiento a «testimoniar en todo lugar el Evangelio de la vida y de la esperanza».

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ZENIT Staff

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