CIUDAD DEL VATICANO, martes, 20 enero 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II exhortó este martes a creer en la paz como un objetivo posible y educar a la persona para conseguirlo, sin ceder al fatalismo que podría inducir la violencia del terrorismo.
Al recibir a los miembros de la Inspección de la Seguridad Pública ante el Vaticano, como es tradicional al comienzo del nuevo año, el Papa constató: «Vuestra tarea se ha hecho más compleja en los últimos años porque episodios de feroz violencia terrorista han sacudido fuertemente la seguridad de nuestras ciudades».
Sin embargo, mientras se intensifican las acciones de vigilancia, «parece cada día más urgente el compromiso de educar en la paz», advirtió el Santo Padre.
De hecho, éste es el «desafío» que abordó en el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz celebrada el 1 de enero de 2004.
Ante «no pocas situaciones dramáticas de nuestro tiempo» se corre el riesgo de «ceder al fatalismo como si la paz fuera una meta casi imposible de alcanzar». «¡No hay que sucumbir a tal tentación!», alertó el Papa.
«La educación a la paz –propuso–, con todas sus exigencias concretas, debe seguir siendo objeto del compromiso incesante de todos».
El Papa expresó finalmente ante los más de 130 participantes en la audiencia, entre directivos y personal encargado de la vigilancia y protección del Vaticano, su reconocimiento y aprecio por el servicio que prestan –«que desde hace más de veinticinco años sigo con atención»– y su apoyo con la oración.