La India: La violencia fundamentalista contra los cristianos de Jhabua está planificada

Denuncia del presidente de la Conferencia de los Obispos Católicos de La India (CBCI)

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JHABUA, viernes, 23 enero 2004 (ZENIT.org).- El presidente de los obispos católicos de la India, el cardenal Telesphore Toppo, ha denunciado que los recientes episodios de violencia fundamentalista contra los cristianos en la diócesis de Jhabua han sido planificados por extremistas, «que quieren mantener la tensión alta».

La diócesis, en el Estado indio de Madhya Pradesh –en la frontera con GUjarat—, ha vivido días de enfrentamientos encabezados por grupos fundamentalistas hindúes de los movimientos nacionalistas «Vishwa Hindu Parishad», «Bajragdal» y «Durga Vahini».

Los integristas acusaron al director y a las religiosas de una escuela católica de Jhabua de ser responsables de un crimen, pues dentro de sus instalaciones fue hallada violada y asesinada el pasado 11 de enero una joven india de origen tribal.

Después de algunos días de investigaciones, durante los cuales se desencadenó la violencia de los extremistas, la policía detuvo al culpable del crimen, Manoj Yadav, que trabaja en una oficina cercana a la iglesia.

El cardenal Thelesphore Toppo, recién elegido presidente de la Conferencia de los Obispos Católicos de La India (CBCI), declaró en una rueda de prensa en Delhi que «los enfrentamientos de Jhabua no parecen ser casuales. Han sido planificados por extremistas, que quieren mantener la tensión alta. La situación es grave».

Testigos presenciales afirman que la mayor parte de los extremistas hindúes implicados en el conflicto no eran originarios de la zona, sino del vecino Gujarat, circunstancia que apoya la hipótesis de la planificación.

Monseñor Chacko Thottumarickal, obispo de Jhabua, en una carta enviada a los medios de comunicación, reconstruye lo sucedido, condena la reciente violencia contra los misioneros católicos y, haciendo un llamamiento a mantener la paz y el diálogo, expresa su preocupación por la propaganda ideológica que continúa en su diócesis en perjuicio de los cristianos.

En la misiva, el prelado niega categóricamente cualquier implicación de sacerdotes en el asesinato de la niña y recuerda que la policía ha identificado y detenido al culpable, a pesar de lo cual en Jhabua se han verificado manifestaciones masivas por parte de grupos fundamentalistas, que han manipulado las informaciones.

Después de que fuera hallada la víctima dentro de la escuela católica de Jhabua, el 13 de enero estalló la protesta de los fundamentalistas hindúes, que organizaron diversas manifestaciones en la ciudad y distribuyeron impresos contra los cristianos.

Una multitud atacó lugares de culto e instituciones católicas y la policía consiguió a duras penas controlar a los manifestantes. Algunos sacerdotes fueron detenidos por la policía para ser interrogados. Al día siguiente, unas 1.000 personas atacaron la escuela de Jhabua donde quedaron bloqueados 10 sacerdotes, 10 religiosas y 75 alumnas del colegio.

El 15 de enero, Uma Bharti, primer ministro de Madhya Pradesh –perteneciente al partido nacionalista hindú «Baratiya Janata Party»–, llegó en visita al distrito e invitó a la armonía promoviendo algunos encuentros en los que también participó el obispo del lugar. La tarde del mismo día, la policía notificó que había identificado y capturado al autor del crimen.

De todas formas, por la tarde se produjeron enfrentamientos entre los hindúes y algunos cristianos luteranos en el poblado de Amkut, a 80 kilómetros Jahbua, que causaron la muerte de un hindú y dos cristianos, y en la localidad vecina de Alirajpur, el sacerdote salesiano Stanny Ferreira fue maltratado y herido gravemente por un grupo de integristas.

«Mientras tanto –denuncia monseñor Chacko Thottumarickal ante «Fides»– continúa una campaña de información y movilización de las masas contra los cristianos. Los carteles exhibidos en la ciudad y en los alrededores son vergonzosos y echan barro sobre la Iglesia católica. Esta campaña denigratoria puede llevar a otra violencia».

Fuentes de la Iglesia local informan de que, por el momento, «la situación parece que ha vuelto a la normalidad. Pero es una calma aparente con una tensión latente que podría estallar de un momento a otro».

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ZENIT Staff

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