CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 11 febrero 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha nombrado prefecto de la Congregación vaticana para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica a monseñor Franc Rodé, hasta ahora arzobispo de Lubliana (Eslovenia).
Sustituye en el cargo, según anunció este miércoles la Sala de Prensa de la Santa Sede, al cardenal Eduardo Martínez Somalo, quien presentó su renuncia a Juan Pablo II por motivos de edad (en marzo cumplirá 77 años). Continuará siendo camarlengo del Colegio cardenalicio (encargado, entre otras cosas, del anuncio público de un nuevo Papa tras un eventual cónclave).
Monseñor Rodé de la Congregación de la Misión (lazaristas) nació en 1934 en Lubliana. En tiempos del comunismo, estudió en el extranjero, en Austria y Argentina, país en el que comenzó su preparación al sacerdocio.
Desempeñó su ministerio sacerdotal en París hasta que regresó en 1967 a Eslovenia, donde fue superior de los lazaristas en Lubliana, enseñando teología de las religiones no cristianas, ateísmo moderno y teología fundamental en la Facultad teológica de esa capital.
In 1981 fue enviado a trabajar en la Curia romana donde fue secretario del Consejo Pontificio para la Cultura. Fue nombrado arzobispo de Lubliana, en 1997.
Por su parte, el cardenal Martínez Somalo nació el 31 de marzo de 1927 en la localidad riojana de Baños de Tobía (España). Ordenado sacerdote en 1950, seis años después pasó a trabajar en la Secretaría de Estado del Vaticano. Tras haber sido responsable de la «sección española» de esta Secretaría, en 1970 fue nombrado consejero de la delegación apostólica en Gran Bretaña.
El 12 de noviembre de 1975 Pablo VI le nombró nuncio en Colombia. El 5 de mayo de 1979 Juan Pablo II le nombró sustituto de la Secretaría de Estado. Creado cardenal en 1988, desde 1992 es prefecto de esa Congregación vaticana.
Fundada en 1586, Juan Pablo II cambió el nombre de la antigua Congregación de Religiosos y los Institutos seculares en Congregación para los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica, en 1988.
Se ocupa de todo lo que se refiere a los Institutos de vida consagrada (órdenes y congregaciones religiosas, masculinas o femeninas, institutos seculares), y a las sociedades de vida apostólica en cuanto a régimen, disciplina, estudios, bienes, derechos.
Es también competente para lo que concierne a la vida eremita, las vírgenes consagradas y las relativas asociaciones y las nuevas formas de vida consagrada.