ROMA, martes, 2 marzo 2004 (ZENIT.org).- Instituido hace tres años en el Centro de la «Unión de las Superioras Mayores de Italia» (USMI), actualmente el llamado «monasterio invisible» cuenta con 960 miembros.
No sólo hay religiosas en este «monasterio», sino que se ha abierto a religiosos, sacerdotes, estudiantes que se preparan al sacerdocio y, sobre todo, como un paso decisivo, este año se orienta también a los laicos, explica a «Radio Vaticana» Sor Maria Rosa Lo Proto, responsable del Centro USMI.
«El “monasterio invisible” está formado por personas que se dedican a la adoración eucarística en determinadas horas del día: cada persona elige una hora y durante ésta reza por las vocaciones sacerdotales y religiosas –aclara la religiosa–. Hemos logrado cubrir íntegramente el día y la noche».
Un monasterio es el edificio «donde las personas se apartan del mundo para dedicarse a la vida de oración, a la penitencia, a la contemplación».
En este sentido, el término «monasterio invisible» alude «al edificio espiritual basado en apartarse para oír a Dios que habla, para adorar a Dios que ama», prosigue Sor Maria Rosa.
Sin embargo, se ha pensado que este monasterio se haga «visible» una vez a la semana: cada sábado de 16.30 a 18.00 horas en la iglesia de Santa María de la Paz (cerca de la Plaza Navona, en Roma). El rector de la iglesia, monseñor Gino D’Anna, preside esta adoración «visible».
«Mediante esta visibilidad –apunta Sor Maria Rosa– otras personas pueden acoger el menaje, unirse a nosotros en la oración y hacer cada vez mayor este monasterio orante».
La oración personal y la adoración Eucarística ocupan esta cita semanal. «La fuente y la cima de nuestro proyecto es pedir vocaciones al Dueño del mies y pedir ayuda para las familias, porque la familia debe ser sostenida no sólo por la palabra, sino también por la oración», concluye la religiosa.
La «Unión de las Superioras Mayores de Italia» es un organismo de derecho pontificio. Expresa y desarrolla la comunión que une a los institutos religiosos femeninos activos en Italia, entre sí y con diferentes componentes de la realidad eclesial, con vistas a una respuesta más plena a la vocación de cada uno.