SANTIAGO DE COMPOSTELA, lunes, 29 marzo 2004 (ZENIT.org–Veritas).- La Asociación Profesional de Profesores de Religión en Centros Estatales (APPRECE) recordó al futuro gobierno español que «el problema de España no es la enseñanza de la Religión en la escuela pública, sino otros como el terrorismo y las fracturas sociales que van apareciendo en la sociedad».
Así lo afirma un comunicado emitido este lunes tras su congreso nacional celebrado en Santiago de Compostela el fin de semana.
La asociación lamenta «el acoso que está sufriendo la asignatura y su profesorado desde diferentes grupos, que dan prioridad a la ignorancia religiosa, frente al diálogo interreligioso en la escuela», y declara su defensa de «la enseñanza pública en su lucha contra la ignorancia, también la religiosa, para evitar que haya quien viva con prejuicios y sumido en irracionalidades. El laicismo radical también puede ser un fundamentalismo», afirma el comunicado.
En relación con «ciertas declaraciones a la opinión pública», APPRECE recuerda que «en ningún momento desde la instauración de la democracia la religión dejó de ser evaluada, calificada y de tenerse en cuenta en el expediente académico del alumno, a excepción de los casos de solicitud de becas y para el acceso a las pruebas de la universidad. Han sido las alternativas a la enseñanza de la religión las que carecieron de valor académico y es precisamente la reglamentación que desarrolla la LOCE la que se lo da, como corresponde a todo trabajo serio que se hace en la escuela».
La Asociación pide, por tanto, que se mantenga la reforma de la alternativa de la religión: «APPRECE defiende la fórmula que ofrece la LOCE o cualquier otra en la que el saber religioso forme parte de la cultura y los saberes que deben enseñarse y aprenderse en la escuela, dejando a salvo la aceptación personal y libre de la fe, que no es objeto del sistema público escolar».
Los profesores de religión de los centros públicos se muestran preocupados por «muchas manifestaciones de quienes se dicen representantes de sectores sociales, por el odio que destilan contra lo religioso y, en particular, contra la Jerarquía de la Iglesia Católica española y sus exigencias para el sistema educativo, porque supondrían la modificación de la Constitución, la supresión o incumplimiento de Acuerdos Internacionales, la derogación de Leyes Orgánicas como la de Libertad Religiosa, LODE, LOGSE, LOCE, y la modificación sustancial de Reales Decretos, incluido el 2438 de 1994, de 16 de diciembre, del anterior Gobierno socialista».
Asimismo, APPRECE recuerda que la asignatura de Sociedad, Cultura y Religión había sido prevista en la Resolución de 16 de agosto de 1995, «por la que se desarrolla lo previsto en la Orden de 3 de agosto de 1995 sobre actividades de estudio alternativas a las enseñanzas de Religión», y que la LOCE «restituye el consenso social roto por la LOGSE que obligó al Tribunal Supremo a pronunciarse en varias sentencias».
Por otro lado, los profesores de religión manifiestan su satisfacción ante la propuesta de aplicarles el Estatuto de los Trabajadores, aunque recuerdan «los incumplimientos por parte de la Administración del convenio de 1993, cuyas consecuencias judiciales muchos siguen todavía soportando, y el avance que supuso el convenio de 1999, incluyendo la Seguridad Social por cuenta ajena para el sector de Infantil y Primaria, aunque no llegara a dar satisfacción completa a todas las aspiraciones que lleva pidiendo APPRECE desde hace años».
Para APPRECE, este puede ser «un momento propicio para iniciar un diálogo que, a través de la necesaria negociación entre todos los agentes implicados –Iglesia, Administración, Sindicatos y los propios Profesores de Religión–, desemboque en la normalización y dignificación definitiva de nuestros derechos laborales y profesionales docentes».