La decisión corresponde a la Iglesia universal, escribe la SBK al referirse a ambos casos, al tiempo que ha inflingido sanciones disciplinares al Sínodo por haber sobrepasado sus competencias con estas pretensiones.
Por lo que se refiere a la ordenación de «viri probati», es decir, hombres con una sólida vida familiar, y un compromiso maduro en la vida social y en la Iglesia, la Conferencia de los Obispos Suizos, en la declaración del jueves, confirma que los últimos Papas, entre ellos Juan Pablo II, han atribuido un eminente significado al celibato.
La cuestión de la ordenación de las mujeres es muy diferente, aclaran los obispos, pues la Iglesia y el Papa no tienen ninguna autoridad para introducir este cambio, pues, según ha afirmado el Santo Padre, se opondría a las intenciones del mismo Jesús.
Además, según los obispos el sacerdocio es un sacramento, y no hay ningún derecho en la cuestión de la ordenación de sacerdotes, ni siquiera para el hombre. Por eso, la cuestión de las mujeres no puede reducirse a una cuestión de igualdad de oportunidades o de derechos humanos.
El documentos de los obispos pone en duda la licitud de las propuestas del Sínodo de Lucerna, pues «no afectan a la atención de las almas, sino a la práctica de la fe de la Iglesia mundial».
Paula Beck, autora de la iniciativa promovida por el Sínodo, según la SBK, ha provocado un comportamiento cismático y ha cometido una grave infracción de la constitución de la Iglesia local, pues ha exhortado a las comunidades eclesiales a «ir contra el obispo».
La SBK ha pedido al Sínodo de Lucerna una explicación sobre las posiciones públicas tomadas por la autora de la iniciativa.
