ROMA, miércoles, 10 marzo 2004 (ZENIT.org).- Monseñor Wei Jingyi, el pastor de la Iglesia católica clandestina en la diócesis de Qiqihar (China), no es el único representante católico encarcelado o privado de libertad, revela el director de la agencia AsiaNews.
En estos momentos, explica el Bernardo Cervellera, sacerdote y periodista, hay unos cincuenta obispos y sacerdotes encarcelados o sin libertad para ejercer su ministerio. Además, añade, unos veinte religiosos están en la cárcel o en campos de trabajos forzados.
Entre los que más tiempo llevan en una celda, Cervellera menciona el caso de los obispos clandestinos de Baoding, monseñor James Su Zhimin y su auxiliar, monseñor Francis An Shuxin. «En 1996 cayeron en manos de la policía y desde entonces no se tienen noticias de ellos», afirma.
«Otros obispos de la Iglesia "no oficial" [que reconoce la autoridad del Papa y no está oficialmente aprobada por Pekín] son encarcelados o sometidos al arresto domiciliar en diferentes períodos», añade.
«Esto sucede sobre todo antes y durante las fiestas cristianas: Navidad, Pascua, la Asunción de la Virgen María... En los meses pasados han llegado noticias de destrucción de iglesias y capillas no oficiales, con arrestos de sacerdotes y laicos», revela.
Según el director, «más del 80% de los obispos oficiales se han reconciliado con el Papa. Por este motivo muchos pastores sufren controles y se les obstaculiza su actividad pastoral».
«En los seminarios de la Iglesia oficial hay clases de marxismo, control de los profesores, y sesiones políticas para infundir fidelidad a la política religiosa del Partido Comunista», sigue aclarando.
«A pesar de esto, hay un gran movimiento de conversiones y cada año se celebran unos 150.000 bautismos de adultos», afirma Cervellera.
La Iglesia oficial está sometida a la vigilancia de la Oficina gubernamental para Asuntos Religiosos. El gobierno controla el nombramiento de los obispos, las ordenaciones de sacerdotes, los estudiantes y profesores de seminarios, las publicaciones, las relaciones con el extranjero, y su economía.
Este control tiene lugar a través de miembros y secretarios de la Asociación Patriótica, una organización laica que, según su estatuto, quisiera crear una Iglesia autónoma china, separada de Roma.
Según datos difundidos por AsiaNews, la Iglesia católica oficial cuenta con 79 obispos. «Muchos de ellos (en torno al 80 o el 85%) han pedido en secreto la reconciliación con la Santa Sede. Esto está haciendo que crezca la unidad con la Iglesia no oficial (o clandestina) fiel al Papa, que cuenta con 49 obispos.
La agencia del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras (PIME) calcula que en estos momentos hay unos doce millones de católicos en China, de los cuales cuatro millones pertenecen a la Iglesia oficial. En 1949, eran tan sólo tres millones.
En total, hay unos 2.200 sacerdotes (el 65% tiene menos de 50 años) y 3.600 religiosas de congregaciones diocesanas, así como 1.700 seminaristas y 2.500 novicias, indica la fuente.
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Mar 10, 2004 00:00