ROMA, 4 de julio de 2004 (ZENIT.org).- La apertura de los Archivos Vaticanos ha mostrado que la ayuda de Pío XII y la Santa Sede a los judíos durante la segunda guerra mundial fue tan grande que suscitó protestas en ambientes católicos.
Así lo confirman cartas publicadas junto a los registros de la Oficina de informaciones vaticana para los prisioneros de guerra instituido por el Papa Eugenio Pacelli (1939-1947) editados con el título «Inter Arma caritas» (Cf. Zenit, 8 de julio de 2004).
Agencias de prensa han publicado una de las cartas ahí reproducidas (página 950-951 del volumen II), enviada al secretario de Estado Vaticano, el cardenal Luigi Maglione, el 21 de julio de 1943, por monseñor Andrea Cassulo, nuncio apostólico en Romanía, en la que refería «algunas protestas».
Monseñor Agostino Pacha, obispo de Timisoara, escribe que en su comunidad se dan protestas, «pues la mayor parte de los mensajes transmitidos a esta nunciatura son destinados a personas de raza judía», hasta el punto de que hablaba de «preferencia» de la Santa Sede por los judíos.
Monseñor Cassulo presenta copia de una carta en latín, escrita por monseñor Tacha, en la que constataba la protesta de sus fieles (de los cuales el 78% era de origen alemán) que acusaban «abiertamente y en público» a la Iglesia de apoyar y tener buenas relaciones con los judíos, «enemigos del pueblo germánico».
En la carta, el nuncio apostólico explicaba que envió una circular a los obispos rumanos en la que aclaraba los motivos la acción de ayuda de la Santa Sede, «prescindiendo de cualquier consideración política, de nacionalidad, o de raza». En la misiva el nuncio pide consejos al secretario de Estado para saber qué tenía que hacer.
Para comprender mejor estos nuevos descubrimientos de los Archivos Vaticanos, Zenit ha entrevistado al padre Peter Gumpel, SI, historiador y experto en la materia.
–¿Qué dicen los archivos del Vaticano recién publicados sobre la relación de la Santa Sede con los judíos y sobre las protestas de algunos ambientes católicos?
–Padre Gumpel: Ante todo, hay que reconocer que la Iglesia católica desempeñó un trabajo enorme de asistencia a los judíos. El rabino de Rumanía, A. Safran, expresó en varias ocasiones su gratitud al nuncio apostólico, monseñor Andrea Cassulo.
El 7 de abril de 1944 le escribió este mensaje: «En estos tiempos duros, nuestros pensamientos se dirigen más que nunca a lo que ha hecho el Sumo Pontífice a favor de los judíos en general y a Su Excelencia a favor de Rumanía y de Transilvania. No se olvidarán nunca estos hechos» («Civiltà Cattolica», 1961, vol. III, p. 462).
Además en las «Actas y documentos de la Santa Sede relativos a la segunda guerra mundial», en el volumen 10, páginas 428-429, en un mensaje enviado por monseñor Cassulu a monseñor Domenico Tardini [futuro secretario de Estado], se publica íntegramente el artículo publicado por el diario rumano «Mantuirea», en el que el rabino Safran narra cómo gracias a las intervenciones del nuncio y «con la ayuda de Dios, logró que no tuvieran lugar más deportaciones».
–¿Qué puede decir de las protestas de católicos por la ayuda de la Santa Sede a los judíos?
–Padre Gumpel: La obra de asistencia a las víctimas de la guerra y a los judíos, ordenada en particular por Pío XII, fue tan amplia e intensa que suscitó sorpresa incluso entre algunos eclesiásticos.
El mismo Angelo Giuseppe Roncalli [futuro Juan XXIII], quien tanto hizo por los judíos, cuando era delegado apostólico en Turquía, tras la enésima recomendación por parte de la Santa Sede de ayudar y favorecer la emigración judía a Palestina, escribió estas palabras a Maglione el 4 de septiembre de 1943: «confieso que esta envío por parte de la Santa Sede de judíos a Palestina, que parece una reconstrucción del Reino judío, comenzando por hacerles salir de Italia, me provoca algo de incertidumbre en el espíritu» (ADSS 9/469).
–¿Aportan una novedad los testimonios contenidos en «Inter Arma caritas»?
–Padre Gumpel: Estas nuevas tendencias históricas desmienten definitivamente muchos artículos sobre los presuntos silencios e insensibilidad del Papa Pío XII con respecto a los judíos. Como se puede ver, hay gente que criticaba al pontífice porque hacia demasiado por los judíos.
También quedan desmentidas tesis, como la de Susan Zuccotti, según la cual, la obra de asistencia a los judíos fue fruto de acciones individuales, de las que Pío XII no sabía nada.
De toda la correspondencia de los nuncios resulta evidente que la obra de asistencia era decidida, dirigida, y organizada directamente por el Papa Pío XII.