Así han podido constatarlo en el encuentro celebrado en Atenas del 24 al 27 de junio –por invitación de la archidiócesis católica–, en el que han tenido posibilidad de analizar el fenómeno de Internet y se ha evidenciado la importancia de reforzar la red de colaboración europea entre las oficinas de prensa.
De hecho, Internet está abriendo a la Iglesia nuevas posibilidades de llegar a los navegantes de la red y de proponer itinerarios de catequesis, información de la vida de la Iglesia, servicios y apoyo personal, se concluyó en el encuentro.
Como explicó monseñor Renato Boccardo –secretario del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales–, para la Iglesia la red ofrece en cualquier caso un espacio utilísimo para la evangelización porque hace posible alcanzar todas las culturas y todas las edades al mismo tiempo.
Pero de igual forma reconoció que este nuevo canal de comunicación empuja a la Iglesia a revisar su propio lenguaje, según cita una nota de prensa del CCEE.
Organizar seminarios de formación para periodistas –católicos o no– y sostener en las Conferencias Episcopales de Europa oriental la estructuración de las oficinas de prensa son propuestas que han surgido del debate y reflexión de los portavoces y encargados de prensa de los 22 episcopados europeos.
Igualmente se prevé organizar un encuentro entre los «webmasters» de los sitios de las Conferencias Episcopales e intensificar el intercambio de material y documentos.
Preocupados por el hecho de que «el mal haga más ruido que el bien», los participantes reconocieron que el criterio económico es hoy el motor de la información y comunicación, además de que la multiplicación de las fuentes de información «exaspera la competencia» y por lo tanto «la búsqueda de audiencia» a través de «escándalos, exageraciones» «en perjuicio de los más indefensos, como son los menores» .
Ante este panorama, modificar el sistema de la comunicación pasa, según Claudio Giuliodori –director de la oficina nacional para las comunicaciones sociales de Italia—, por reclamar regularmente a los comunicadores su responsabilidad y el respeto de los códigos deontológicos.
Igualmente propuso en esta línea «relatar historias y experiencias de vida, testimonios», «hacer surgir el positivo rostro de la Iglesia y de la sociedad», «contrarrestar la agresividad de los medios no por simple reacción, sino proponiendo iniciativas» y «cuidar las relaciones con los trabajadores de los medios».
En este contexto, «es sobre todo la familia la que debe ser tutelada» –concluyeron los participantes del CCEE–, porque aunque por un lado son los padres los primeros responsables de la educación de los hijos, «también en el uso de los medios de comunicación», por otro lado «es necesario que las políticas nacionales y europeas consideren a la familia como sujeto social y político, y no sólo como conjunto de individuos, portador de derechos y deberes específicos».
De hecho, el encuentro de Atentas permitió exponer que en muchos países de Europa las Iglesias están dedicando iniciativas especiales para la tutela de la familia, tales como la semana por la vida en Alemania –en el mes de abril–, iniciativas de formación en los medios de comunicación en las escuelas maltesas –que involucran también a los padres— o «Listening 2004», jornada de escucha de la familia en las diócesis inglesas.
Polonia será el país anfitrión en 2004 del encuentro de los portavoces y encargados de prensa de las Conferencias Episcopales de Europa.
Más información en www.ccee.ch.