Desde que llegó al Valle de Aosta para pasar sus vacaciones de verano, el 5 de julio, ha sido la primera vez que el Santo Padre puede realizar una salida larga, lejos de su residencia.
La excursión duró unas seis horas. El Papa, que no puede caminar, debe evitar alturas demasiado elevadas. Su descanso consiste sobre todo en la posibilidad de sumergirse en la naturaleza, conversar con sus compañeros de excursión, leer libros de filosofía, teología o literatura, o rezar.
En el momento del cierre de esta edición no se sabía el lugar de montaña exacto al que se había dirigido. De hecho, se evita dar detalles para evitar que los turistas se dirijan en gran número a ver los sitios donde ha estado el Papa, ha explicado «Radio Vaticano».
Este año, se han preparado quince recorridos de montaña en coche, más que los días de estancia del Papa, de manera que en cada jornada el pontífice puede elegir un destino diferente.
En general se escogen caminos de los guardabosques que no siguen los turistas, para garantizar una mayor privacidad al obispo de Roma.
Es el décimo año que el Papa viene de vacaciones a esta localidad, de manera que ya conoce bien muchos lugares.
Juan Pablo II permanecerá en esta localidad hasta el 17 de julio.
